A raíz de la expansión delCOVID-19, el Gobierno de Argentina decidió decretar el pasado jueves la cuarentena obligatoria para todos en el país.
En consecuencia, en caso de ser parado en la calle por las fuerzas de seguridad, cualquier individuo que no pudiese justificar su presencia en la misma pasaría a afrontar castigos económicos y penales.
Aunque el mensaje e imposición era más que claro, un sinfín de ciudadanos fueron detenidos por incumplir con la normativa. Mientras que varios no la tomaron en serio, otros se tomaron el proceso de aislamiento como un momento único para aprovechar de unas cortas vacaciones.
En las últimas horas, por ejemplo, el caso de Federico Llamas comenzó a circular a lo largo y ancho de todo el territorio. El joven, que había sido demorado en la Panamericana hace unos días al retornar de sus vacaciones, fue escoltado hasta su casa con el fin de constatar que cumpliese allí con la cuarentena. Cuando los efectivos se retiraron, él tomó su auto para dirigirse a Ostende.
ver también
Al lobby, nene: prisión domiciliaria para el surfista rebelde de Ostende
Luego de una catarata de críticas en su contra, el ‘surfista’ rompió el silencio a través de una entrevista con TN. Exteriorizando un poco de impotencia, el acusado se defendió aquejando que no podía “teletransportarse” a la dirección que había puesto en su declaración jurada.
Llamas, recapitulando lo sucedido, indicó: “Cuando llegué a la frontera, llenamos la declaración jurada diciendo donde íbamos a hacer la cuarentena. La mejor opción era en Ostende, donde vive mi mamá. Yo el domicilio que tengo en el DNI es el lugar donde nací. Nunca hice el cambio de domicilio”.
Arremetiendo contra las autoridades por el acta emitida y firmada en su contra por romper la cuarentena, Federico continuó: “En el acta pusieron que yo estaba violando la cuarentena, pero yo estaba en tránsito, no en cuarentena”.