En un gran duelo, el Xeneize venció 2-1 al Ciclón en el Defensores del Chaco. El partido de Tevez y del joven Domínguez quedaron en segundo plano por el juez Francisco Chacón, al que le quedó gigante un octavos de final de Copa Libertadores.
Desde el inicio, los intensos ataques del local se medían contra el dinámico toque de la visita. En la primera parte, ganó el segundo: centro preciso de Marcelo Meli al primer palo y Carlos Tevez anticipó de cabeza al defensor de turno para festejar el 1-0.
La segunda parte estuvo inundada de polémicas arbitrales de los pitazos de Francisco Chacón, quien no dirigía por el certamen continental desde 2012 y en el año sólo contaba con tres partidos.
Chacón no dirigía por Libertadores desde hace cuatro años
En el inicio del complemento, una clarísima mano de Pablo Pérez debió dar como resultado un penal al conjunto de Gustavo Morínigo. No obstante, después de una protesta masiva de los locales incomprendidos ante la injusticia, lo cobraría en el próximo ataque paraguayo: una mano de Daniel Díaz a Cecilio Domínguez -el mejor del Ciclón- bastaría para ahora sí cobrar la pena máxima. Desde los doce pasos, Agustín Orion se hizo gigante y le atajó el remate a Luis Leal.
“Goles errados son goles en contra”, así es la frase y así tal cual sucedió. A pocos minutos del penal desperdiciado, Tevez asistió a Nicolás Lodeiro, éste dejó en el camino al portero Anthony Silva con una gambeta hacia fuera para definir y poner el 2-0.
Sobre el final, cuando el marcador parecía sellado, un pésimo pase de Pablo Pérez fue tomado por el ataque rival en la periferia del área xeneize, desbocaría en un remate, un rebote y un gran amegue de Domínguez para generar un penal -éste vez si bien cobrado. El mismo joven de 22 años tomó la pelota y la pinchó a lo Panenka para descontar. Una joya de la figura del encuentro.
Desde los pequeños detalles hasta el penal mal cobrado y el no cobrado, Chachón dejó en evidencia a los veedores del partido de Conmebol.
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