El delantero del Inter fue uno de los pocos jugadores de la Selección Argentina que expresó sus sensaciones tras el empate en El Monumental ante Venezuela.
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Después de una larga espera, Mauro Icardi tuvo su gran oportunidad con la Albiceleste en la doble fecha de Eliminatorias que ya es historia. Sampaoli confió en él como referencia de ataque, lo mandó al campo contra Uruguay en Montevideo y lo reafirmó en El Monumental ante el seleccionado Vinotinto, donde tuvo oportunidades claras de gol, pero no estuvo fino en la definición.
El delantero y capitán del Inter no necesita del juicio, siempre exagerado y oportunista, de la prensa y los aficionados. Él mismo, y lo probó su gestualidad, fue consciente de que no fue su noche, esa en la que podía haber empezado a crear un fuerte vínculo con el seleccionado argentino.
El empate ante Venezuela fue un golpe para todos en la selección, para los más nuevos y para los de siempre. Por eso, más allá del voto de silencio de los futbolistas, tampoco hubo demasiadas manifestaciones en las redes sociales, un recurso cada vez más utilizado por los futbolistas.
Y fue precisamente Icardi uno de los pocos que recurrió a ese desahogo, pidiéndole a todo el plantel, a todo el país, que a partir de ahora estén más unidos que nunca.