Estamos en campaña electoral y las mentiras y propuestas imposibles están a la hora del día. Esto, hay que decirlo, no solo lo propagan los candidatos. Los medios de comunicación hacen también de las suyas.
En las últimas semanas, por ejemplo, Willax se hace hecho conocido por la candidad de mentiras que ha brindado. Las armas en las marchas, el turismo de vacunas a Chile, la posibilidad de que los privados traigan vacunas y la supuesta bajaefectividad de la vacuna Sinopharm son solo algunos ejemplos que fueron desmentidos por fuentes oficiales.
Así se responde ante los FakeNews de Juliana Oxenford, bien Sagasti.
A pesar de esto, periodistas como Juliana Oxenford se agarran de aquella desinformación para seguir metiendo temas en ajenda. La entrevista a Luis Miguel Ciccia, sus posteos en redes sociales yel cuestionamiento en vivo que Sagasti terminó desenmascarando sobre la compra de vacunas son también evidencias.
Por todo esto, en la última entrevista con Verónika Mendoza, la candidata habló del deber periodístico y las sanciones que deberían tener. La conductora de ATV se manifestó en desacuerdo. Dijo que pueden cambiar de canal.
En twitter, insistió: “La gente no es tonta. La gente sabe a quien creer y a quien no. La gente tiene derecho a informarse libremente y los periodistas a expresarnos con la misma libertad. Cualquier ley de control de medios, eso si es peligroso”.
Así, justificó Oxenford su opinión con respecto a la desinformación y las mentiras en los medios. Recordemos, igual, que la comunicadora es confesa amiga de Beto Ortiz. Parece que por ahí va la cosa. En fin, el periodismo peruano…
La gente no es tonta. La gente sabe a quien creer y a quien no. La gente tiene derecho a informarse libremente y los periodistas a expresarnos con la misma libertad. Cualquier ley de control de medios, eso si es peligroso.
En serio cómo puede @julianaoxenford decir que poner en riesgo la vida de la gente con noticias falsas se arregla con “el televidente cambiando de canal”?? Cualquier periodista serio sabe que esta es la peor defensa de un oficio importante como es el periodismo.