No paran de sumar problemas. Luego que Las Vegas Raiders tuviera que pagar una multa de $250 mil dólares y su entrenador Jon Gruden fuera obligado a pagar otros $100 mil por no respetar los protocolos de seguridad y salud impuestos por la NFL debido a la pandemia del Coronavirus, ahora los jugadores están en el ojo de la polémica.

El diario local Las Vegas Review Journal denunció que este lunes, en un evento privado para una fundación del ala cerrada Darren Waller, al menos seis deportistas rompieron las medidas sanitarias y no usaron ni tapabocas ni mascarilla facial durante la jornada.

Lo más complejo de todo, es que además en la actividad se sobrepasó el límite permitido por las autoridades de Nevada para las reuniones, ya que habían presentes más de 100 personas, y por lo mismo, el Club Campestre DragonRidge fue multado por $2,500 dólares al violar las reglas de COVID-19.

Los irresponsables
 

La publicación entregó las identidades de los jugadores que rompieron estos protocolos de seguridad, siendo el más reconocido su mariscal de campo Derek Carr, a los que se suman los alas cerradas Foster Moreau y Jason Witten, los receptores Hunter Renfrow y Ray Jones, más el quarterback Nathan Peterman.

"Obviamente nos hacemos responsables de esto. No nos gusta ver esto. No sé si el uso de la máscara se ha grabado en nuestra memoria. La organización se lo toma con mucha seriedad", señaló el dueño del equipo, Mark Davis

De acuerdo con el protocolo de seguridad de la NFL, aquellos jugadores que asistan a clubes, bares o fiestas donde haya más de 10 personas y no usen una máscara, podrían ser suspendidos, por lo que los Raiders están metidos en un menudo problema.