Espanyol de Barcelona con Stuani y Caicedo murió en la orilla. Cayeron 0-2 en la semifinal de vuelta de la Copa del Rey ante Athletic de Bilbao. Se habían ilusionado con un empate conseguido de visita pero no alcanzó.
Solo la primera mitad del encuentro les bastó a los Vascos para dar golpe por doble partida y dejar “K.O” a los Blanquiazules que no pudieron reaccionar. En apenas 13 minutos los catalanes ya veían caer su valla: un mal rechazo de la zaga permitió que el delantero Aduriz, que viene en buen romance con el gol, anotara la primera para el Athletic.
Con ello se acababa la posibilidad de clasificar sin goles en el encuentro, oportunidad que tenían los Periquillos por haber anotado un gol de visitantes en la ida. Se creció el Bilbao y controló la situación, tal era el dominio que antes de que termine la primera etapa volvió a golpear: Etxeita cabeceó en un córner en el primer palo y liquidó el encuentro: Espanyol tenía que anotar tres goles.
Desesperado para conseguirlo, el DT local envió a la cancha al delantero ecuatoriano Felipe Caicedo para buscar más opciones de ataque. Pero la suerte no le sonrió al Espanyol: Felipao estalló un balón contra el poste y la “caprichosa” no quiso entrar más al arco.
Así terminó el encuentro. Espanyol había jugado una muy buena Copa del Rey, dando muestras de calidad en su fútbol. Pero así son los torneos cortos: una mala tarde y hasta luego. Quedará seguir peleando en la Liga por mejores sitiales. La final de la Copa del Rey no será el clásico catalán como pudo ser, sino que se repetirán las recientes finales de 2009 y 2012.