La cita de la entrevista era a las 10 de la mañana y la noche anterior había confirmado su compromiso. Habían nervios, claro, se estaba ante una leyenda viviente que llevó el nombre de México a lo más alto de la NFL con dos anillos de campeón del Super Bowl.

“No funcionó”, fue su mensaje cuando recibió la invitación que se le hizo para conversar a través de una videollamada por Zoom. La tensión empezó a crecer, pero de un momento a otro apareció en pantalla. Era Raúl Allegre, expateador de la NFL, que tiene el privilegio de decir que su nombre está escrito con letras doradas para los aficionados mexicanos del fútbol americano.

 

Su cordialidad es innegable, te trata de tú a tú como si fueras un amigo más. Tiene una memoria impecable al recordar cada jugador, gol de campo y anécdota que marcaron sus nueve temporadas en la NFL. En una entrevista exclusiva con Bolavip habló sobre la sensación de estar en un Super Bowl, cuando lo ‘sepultaron vivo’ y relató la historia de dormir la noche anterior al Super Tazón en un motel. ¡Diálogo imperdible!  

Raul Allegre en el Super Bowl XXI. Foto: Getty Images.

Raul Allegre en el Super Bowl XXI. Foto: Getty Images.

- Venía de ser jugador de fútbol (soccer) y hasta los 18 años no tenía en mente el fútbol americano, ¿cómo empezó adquirir la técnica para poder patear un gol de campo?

“Nunca había visto un partido de fútbol americano y jamás había practicado el deporte, no había pateado un ovoide hasta que llegue de intercambio a Estados Unidos en septiembre de 1977. La técnica se desarrolló a través de mi experiencia jugando fútbol, tomé clases de karate durante cuatro años donde también hice muchas patadas y desarrollé los músculos de las piernas. No sé si eso desarrolló los músculos y la memoria muscular que se requiere, pero la realidad de las cosas es que desde que tuve la primera prueba para patear, lo pude hacer”.

- ¿Cómo fue la primera prueba en la secundaria de Shelton para poder ser un pateador?

“Yo quería practicar deporte y en Torreón (México) juegue fútbol. En Shelton High School había dos deportes: correr a campo travieso y fútbol americano. Vi una práctica de fútbol americano y me percaté que no tenía la corpulencia para jugar en la línea para ser linebacker o corredor y no tenía la velocidad o agilidad para ser el receptor o un jugador de la defensiva secundaria. Le dije al entrenador que si me hacia una prueba y al día siguiente metí todos los puntos extras, unos cuatro, y fuimos retrocediendo cada cinco yardas hasta llegar a 55 cuando llegué a 45 el equipo me estaba rodeando a ver si yo podía convertir el gol de campo. Cuando metí el de 55 fue un gran jubilo para el equipo porque habían encontrado un pateador que podía jugar con ellos”.

- ¿En qué momento el sueño de jugar en la NFL empezó a verse como un objetivo de vida?

“Nunca soñé con jugar en la NFL, fue algo que Dios puso en mi camino,después de jugar dos años en Texas sin estadísticas muy impresionantes me di cuenta que quizá no iba a tener la oportunidad, pero metí goles de campo importantes y eso me valió la invitación a pretemporada con Atlanta y con Dallas. Accedí a jugar con los Vaqueros porque el principio de la temporada tenía igual o mejor nivel que Rafael Septién y ya había jugado un partido de pretemporad, con un gol de campo de 52 yardas y un punto extra”.

¿Es cierto que el primer contrato que firmó en la NFL lo hizo en medio de una cita romántica?

“Me dijeron que Gil Brandt estaba interesado en firmar, también tenía una oferta de Atlanta que era mejor paga, pero no tenía bono por firmar. En Dallas me daban 5 mil dólares por firmar y sabiendo que Rafael Septién era el pateador de los Vaqueros y que en Atlanta estaba Mick Luckhurst pensé que no tenía grandes posibilidades de quedarme y me fui por lo seguro: ‘Más vale pájaro en mano que cien volando’, dije”.

“Le conteste la llamada a Gilt Brandt y me dice que mañana (viernes) va volar y que nos vemos en el aeropuerto de Austin. Ese día yo tenía una cita con una muchacha que había invitado y cuando la recogí me dijo: ‘¿A dónde vamos’?, le dije vamos al aeropuerto, entonces me quedó bien como raro, pero cuando le dije que era para ver a Brandt y firmar un contrato en la NFL entonces le cambió el semblante y accedió a la cita. Nos sentamos con Brandt extendió el contrato que era por tres años, no de un salario exorbitante, y pocos días después me llegó el cheque de 5 mil dólares y la muchacha se quedó impresionada porque era fan de los Vaqueros y sabía perfectamente quién era Gilt Brand”.

- ¿Qué hizo con ese primer cheque de los Vaqueros?

“Lo deposite en el banco para mi vejez, jajaja. Al final de cuentas terminé gastándolo, cuando estuve en el campo de entrenamiento con Dallas me pagaban 100 dólares a la semana, se me hacía un dineral porque cuando eres un estudiante pobre cada pago se te hace enorme, entonces se juntaron los 5 mil dólares y el salario de los Colts y los puse en una cuenta de ahorros y después en una cuenta de inversiones. No me fui a reventar y gastarlos de un día para el otro”.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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- Háblenos de la historia cuando lo ‘enterraron vivo’ antes de empezar a jugar para los Baltimore Colts (hoy en día Indianapolis)

 “El entrenador de Baltimore era Frank Kush, que se hizo famoso por golpear a un pateador de despeje en una práctica, entonces ahí empezó todo no muy bien. En ese entonces, el sarcasmo de la prensa era tal o peor de como es ahora y no me daban la posibilidad de quedarme en el equipo. En esa montaña (portada del diario) habían lápidas con los nombres de otros pateadores, eran como cuatro o cinco y a mí ya me habían sepultado ahí. A mí la verdad no me ofendió, me dio risa, como te digo yo ya estaba jugando con dinero de la casa. Ya había excedido mis expectativas de vivir un campamento y dije lo que venga es ganancia. Esa mentalidad me resto presión, pero eso no quiere decir que no hiciera un esfuerzo por quedarme”.

“De hecho, en mi primer entrenamiento, que fue el mismo día que viaje, mi vuelo salió a las 6 a. m., llegue desvelado, fui directo al hospital hacer exámenes médicos y después llegue a la práctica. Ese día me fue como en feria, fallé todos los goles de campo que intenté, pero al día siguiente, miércoles, ya descansado tuve una buena práctica y el jueves fue excelente, metí todos los goles hasta de 55 yardas. La perspectiva de mis compañeros, de mis entrenadores y del mismo Frank Kush cambió”.

 

 

- ¿Qué significa esta frase para usted?: “Por el resto de tu vida, nadie puede decirte que no pudiste hacerlo. Porque lo hiciste”.

“Eso fue lo que nos dijo Bill Parcells en el vestidor después de haber ganado el Super Bowl XXI (25 de enero de 1987) y fue un momento muy emotivo, antes no tiraban confeti. Se hacía todo dentro del vestidor y la NFL tenía prohibido echar champaña o cidra. Era una celebración con la cadena que estaba transmitiendo el Super Bowl y en ese momento el comentarista le entrego el trofeo a Wellington Mara, después se lo pasó a Parcells y en ese momento nos dijo: ‘Por el resto de tu vida, nadie puede decirte que no pudiste hacerlo. Porque lo hiciste’”.

- ¿Es cierto que durmieron en un motel la noche previa al Super Bowl XXI? 

“Muchos equipos tienen la costumbre de llevarse a los jugadores a un hotel secreto para que no estén expuestos al ruido porque hay gente que va y te empieza a tocar el claxon y te despiertan a las 4 de la mañana, hasta prenden la alarma de incendio. Al equipo de Denver se lo llevaron a un hotel de lujo y nosotros por alguna razón nos llevaron a un motel, no quiere decir la marca porque aún existe, era un vil motel”.

“El domingo se acabó el agua caliente, cuando me quise bañar por la mañana lo tuve que hacerlo con agua fría, igual eso ayudó, pero era un motel, la verdad muy modesto y si me sorprendió que no hubieran escogido uno mejor”

- El momento cuando piso el terreno de juego en el Super Bowl

“El estadio, Rose Bowl, que era de casi 100 mil personas, estaba con dos de sus tres partes con aficionados de los Gigantes. Rugió la multitud, era como la erupción de un volcán y la sensación al saltar al campo fue que iba flotando. Es muy difícil de describir, lo puedo comparar al nacimiento de un hijo, cuando ves nacer a un hijo es un sentimiento casi imposible de describir. Los comparó el uno con el otro”

Raul Allegre dio el kickoff del Super Bowl XXI. Foto: Getty.

Raul Allegre dio el kickoff del Super Bowl XXI. Foto: Getty.

- ¿En qué momento del Super Bowl los nervios dijeron presente?

“Donde hubo más nervios fue en el calentamiento, una hora antes, estaba tan nervioso que no estaba conectando ni los puntos extras. Entonces el holder me dice: ‘Vete caminando a la otra portería, regresas y respiras hondo’. Una vez que di la patada inicial mi pensamiento fue no des un calcetinazo, pero cuando la conecte y empezó el partido, me calme, me asenté y me enfoque. En el resto del juego empezó a correr la adrenalina y te concentras en tu trabajo”.

¿Es cierto que prefirió no ir a la fiesta de los Giants y tener una comida familiar?

“Sí porque solamente me dieron cuatro boletos y solamente de mi familia eran seis, yo y tres hermanos, una hermana estaba casada y mis padres. También me acompañaron siete primos con los que crecí. Éramos un grupo como de 20 personas, entonces no podía irme a la fiesta. Preferí irme a cenar y es uno de los mejores recuerdos que tengo en la vida, después de haber ganado el Super Bowl, que me da gran paz y tranquilidad porque puede compartir la victoria con mis padres. Eso fue algo que nunca se me va olvidar y que valió mucho más que asistir a una fiesta con artistas de cine y cantantes que nunca había conocido en mi vida”.

- También hizo parte del campeonato del Super Bowl XXV: 27 de enero de 1991. ¿Qué rol cumplía en ese equipo de los Giants?

“En ese momento acondicione los balones para que estuvieran en su punto porque se ha hablado mucho que si los desinflas o no. Todos los equipos agarran los balones que vienen de la caja y los acondicionan. Tuve que acondicionar 100 balones. También fui parte del Scout Team, me decían estudia a Scott Norwood, el pateador del equipo de Buffalo para imitarlo en las prácticas”.

- ¿Siente orgullo que también le dieran anillo por ganar ese Super Bowl?

“Claro, cada día tenía que competir con Matt Bahr y lo apoyaba en lo que podía. Él era el titular por la lesión que yo sufrí. Era parte del equipo y lo tenía que apoyar como pueda y teníamos una competencia cada día porque si Parcells se percataba que yo ya no tenía el deseo de competir me hubiera dado de baja. Entonces ese anillo de Super Bowl me lo pongo con mucho orgullo porque significó no darme por vencido en las prácticas, mantener siempre la intensidad y el espíritu de competitividad a pesar que no iba a tener la recompensa de jugar el fin de semana”.

Raúl Allegre muestra sus dos anillos de Super Bowl. Foto: cortesía del entrevistado.

Raúl Allegre muestra sus dos anillos de Super Bowl. Foto: cortesía del entrevistado.

En 1992 cuando llegó a los Jets le diagnosticaron cáncer a su mamá, ¿cómo vivió ese momento?

“A mi madre la diagnosticaron con cáncer el segundo día de la pretemporada que tuve con los Jets en 1992, para mí fue un shock. Fue linfoma de etapa cuatro y es cuando te dicen que las posibilidades no son muy buenas, entonces te jalan como dicen el tapete y es algo que te desconcierta. El equipo me permitió viajar a México para estar con mi mamá cuando le hicieron los exámenes preliminares y fue una situación muy difícil. Ella falleció el 23 de octubre de 1993”.