En una semana sumamente complicada para el Cruz Azul y su entrenador, Pedro Caixinha, era más que importante conseguir un triunfo. Y, pese a que el juego mostrado no fue el mejor, lo logró.

La Máquina derrotó por 2 a 1 al Necaxa en el Estadio Azteca, por la novena jornada del Clausura.

En el primer tiempo vimos lo peor de los Azules. El lindo gol de Brian Fernández de volea a los tres minutos (el octavo en la misma cantidad de partidos, para pasar a ser el líder de la tabla de goleo en soledad) lo puso muy nervioso.

Los visitantes, por su parte, jugaban con esa desesperación y controlaban el encuentro, pero no pudieron liquidarlo.

Ya en la segunda mitad, los locales salieron a buscar la igualdad, aunque no tenían claridad ni profundidad.

A los 59 minutos, un buen desborde de Roberto Alvarado por izquierda encontró la cabeza (luego de un enorme salto) de Milton Caraglio para el empate tan ansiado.

Motivado por esa anotación, el Cruz Azul salió a presionar con mayor intensidad y consiguió su recompensa.

El segundo tanto de Los Cementeros a los 65 minutos describió el partido: Yoshimar Yotún condujo casi desde la mitad de la cancha. Dos veces le quitaron el balón, pero el rebote lo favoreció en ambas oportunidades.

Luego de la carambola, el balón le quedó a Édgar Méndez, que definió de primera intención.

En el resto del partido, La Máquina se dedicó a defender con uñas y dientes el resultado y se quedó con los tres puntos, que le permitieron no alejarse demasiado de la pelea por entrar a la Liguilla (está a una unidad del América, el último club que está consiguiendo el pasaje a la Fiesta Grande, aunque tiene un encuentro menos) y que dejarán a Caixinha con su cargo por un tiempo más...