Este viernes por fin se despejaron las dudas y se concretó la llegada de Tom Brady como nuevo mariscal de campo de los Tampa Bay Buccaneers luego que se hiciera oficial la firma de su contrato.

Hasta ahora se conocían pocos detalles del vínculo de Brady con su nuevo equipo, pero según información de fuentes que le contaron a ESPN, el contrato sería por dos años y 50 millones de dólares. Además, tendría también otros nueve millones en incentivos, es decir 4.5 millones por año.

Uno de los detalles ocultos del contrato del quarterback, esos que van en la letra pequeña que casi nunca nadie lee, es que Tom pidió que se incluyeran dos cláusulas: la primera evita que los Buccaneers lo etiqueten como jugador franquicia después de los dos años que se firmaron y la segunda es una cláusula de no trade (comercio). 

 

¿Esto qué quiere decir? Que lo más probable es que Brady tenga en mente seguir jugando más allá de este contrato y porque no pensar en un regreso a los New England Patriots.