Una vez más, como en septiembre de 2017, Saúl Álvarez y Gennady Golovkin se veían las caras, ahora en el T-Mobile Stadium de Las Vegas, con dos títulos mundiales de los pesados en juego: el de la AMB y el de la CMB.

Después de una primera mitad de la pelea equilibrada y entretenida para la afición, ya en la segunda empezó a ser apenas superior el kazajo, con buenos impactos que dejaron el ojo izquierdo del mexicano ensangrentado.

Canelo ya parecía querer terminar el combate cuanto antes al menos sin ser noqueado contra un GGG que no pasó sobresaltos en ningún momento y, al contrario, parecía afirmarse a medida que transcurría el evento.

Sin embargo, en el último asalto Álvarez arriesgó todo, fue al frente, fue más que su rival y tal vez ello terminó de convencer a un jurado que sembró la polémica absoluta y que provocó el rechazo de la mayoría del público presente. El fallo mayoritario final fue 114-114, 115-113 y 115-113. Una locura total.