El regalo de Navidad llegó justo para Paolo Guerrero: al delantero peruano le redujeron la sanción por doping de un año a seis meses y podrá jugar la Copa del Mundo de Rusia.

Si bien no podrá jugar con su club, el San Pablo, hasta junio de este año, Guerrero quiere mantener su forma física y por eso, se entrena en las playas de la hermosa ciudad en la que vive.

Paolo apunta a quedar absuelto de las acusaciones de la FIFA y espera por los descargos del Comité de Apelaciones de la Federación. ¡Así te queremos, animal! 

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