Alan García es un político histórico en Perú. Eso es innegable. Sus 10 años en la Presidencia del país lo convierten en uno de los que más tiempo ha gobernado y por ello, es muy conocido también internacionalmente. Él llegó a las presidencia por primera vez en 1985 y salió de ella por último, en el 2011.

Mientras en su primer primer gobierno fue criticado de ineficacia y falta de experiencia, en el segundo, su nombre estuvo muy asociado a los casos de corrupción. Su obras con Oderbrecht y los llamados narcoindultos son ejemplo de esto. Su partido y él, siguen siendo investigados por estos casos.

Sucedió que en este proceso judicial, cuando fueron a detenerlo, el exmandatario se metió un tiro en la cabea. La polémica surgió: ¿La muerte lo hacía inocente? Otra polémica con respecto a García se generaba ¿Estaba bien seguir criticándolo después de haberse quitado la vida? ¿Era solo un cobarbe por huir así de la justicia y sus responsabilidad?

En estos días, se cumplió un año de aquel suicidio. Su hija, Carla García, en homenaje, habló en distintos medios y no solo defendió a su padre sino que criticó y juzgó a muchos políticos en la actualidad. En este contexto, apareció una caricatura que despertó la polémica. El autor era el reconocido artista Carlín del diario La República, quien en más de una ocasión ha generado discusiones con respecto a us dibujos.

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Él los retrató abrazándose. A Alan se le ve diciendo: “Le meto un balazo a ese h#%&ón y después me mato yo“. La hija responde: “Es el hombre más brillante y más bueno de toda la reciente historia del Perú”. Tras esto, obviamente los miembros del partido Aprista pusieron el grito en el cielo. Otros defendieron la libertad de expresión. Algunos cuantos se ubicaron en un punto medio. Lo cierto es que hicieron de Carlín tendencia en las redes.