El 9 de diciembre, Boca vivió el día más triste de su riquísima historia. Aquella noche madrileña, elxeneizecayó por 3 a 1 ante River en la final de la Copa Libertadores en una derrota que provocó una serie de partidas en el club de La Ribera.

Gonzalo Martínez fue el autor del tercer gol delMillonarioen el Santiago Bernabéu. Esteban Andrada, arquero delxeneize, había ido al área contraria a buscar el gol heróico y el hoy jugador del Atlanta United tuvo piedra libre para encarar hacia el arco.

Una de las imágenes que quedarán por siempre en la memoria de los hinchas del campeón es la de Carlos Izquierdoz corriendo, inútilmente, alPity,quien ya se disponía a empujar la pelota para decretar el triunfo.

Casi dos meses después, elmarcador de Boca confesó lo que se le pasó por la cabeza al ver al volante yéndose sin oposición al arco sin protección.

Los jugadores de River festejan tras el gol del Pity. (Getty)

“La Copa se nos escapó por poco, lo peleamos hasta el final. Era imposible que alcanzara alPity Martínez, pero por respeto al club y a mis compañeros debía correrlo”, dijo al aire de Radio La Red. ¿Cómo se lo tomarán en La Boca?