Con un cabezazo de Gareth Bale y un penal inventado que facturó Cristiano derrotó 2-0 al Eibar como visitante y volvió a la victoria en Liga tras dos jornadas.

Mucho necesitaba el equipo merengue la victoria, tras una semana turbulenta que no calmó el apretado triunfo por Champions League ante Shakhtar. La necesidad de no perderle pisada a Barcelona en la lucha por el título puso a los dirigidos por Rafa Benítez ante una obligación que se cumplió desde lo numérico pero no desde lo futbolístico.

En una primera mitad chata, fue Gareth Bale el encargado de desnivelar el marcador, faltando dos minutos para el descanso, con un buen cabezazo a la salida de un tiro de esquina.

Con la ventaja, Real Madrid no mejoró en el juego y se mostró que en el equipo hay una gran falta de confianza. Pero el árbitro del partido decidió darles un empujón anímico al inventar un penal sobre Lucas Vázquez que Cristiano cambió por gol a los 82.

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