Nadie puede negar que el Estadio Centenario es uno de los mayores patrimonios que tiene no solo el fútbol uruguayo, sino también el deporte sudamericano. Ni más ni menos, entre otros grandes eventos, allí se disputó la primera Copa del Mundo de la historia en 1930, razón principal por la que en 1983 la FIFA lo declaró como Monumento Histórico del Fútbol Mundial.
Condiciones que en el país oriental consideran que son suficientes para postularse -dentro de la presentación que realizará la Conmebol- como el escenario de la Copa Mundial que se llevará a cabo en el 2030, en la cual, según contaron a Bolavip, Sudamérica tiene altas chances de adjudicarse la organización, siempre que entre los países anfitriones (además de Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile) trabajen acelerada y mancomunadamente (puntualmente a tratar infraestructura y pasos fronterizos).
Pero claro, en Uruguay entienden perfectamente que las medallas que el Estadio Centenario logró colgarse a lo largo del tiempo no satisfacen los requisitos impuestos por la FIFA, los cuales van de la mano con las exigencias de la modernidad. Mucho menos después de lo alta que quedó la vara con la competencia que se disputó en Qatar y ni hablar de cómo quedará con la que se viene en los Estados Unidos (junto a Canadá y México), en donde se puede dar por descontado que no decepcionarán respecto a la tecnología de las canchas y a la logística para todo lo que envuelve al certamen más importante del planeta.
En primer lugar, el Estadio Centenario, hoy, ostenta una capacidad máxima para 60.285 espectadores. Por lo que con ese número, de por sí, no podría ni pensar en candidatearse ni para el encuentro de apertura ni para la Final, dado que el Consejo de la FIFA ordena que el partido inaugural y el decisivo deben contar con un aforo de 80 mil personas como mínimo (el único de Sudamérica que supera en el presente esa cifra es el de River Plate con 84.567 localidades).
Desde luego que todavía hay tiempo (de hecho, no se descarta que, al igual que en Qatar, el Mundial del 2030, si se juega en Sudamérica, sea entre noviembre y diciembre para evitar las bajas temperaturas en la región durante junio y julio), pero directivos de las Asociaciones Miembro implicadas afirman que lo ideal es presentar oficialmente (en el Consejo que se desarrollará en septiembre u octubre próximos) el ofrecimiento, por lo menos, con un plan concreto de reforma. Más si se trata del Estadio Centenario, que es lo que le da sustento a la propuesta por su connotación histórica. Es decir, después de 100 años, el Mundial volvería a su punto de partida.
En ese sentido, en Uruguay está todo stand by. Por empezar, cualquiera sea la seleccionada (en el caso que se elija alguna) de las ideas presentadas (fueron por lo menos tres) a la AUF, no va a poder empezar hasta después de la Final de la Copa Sudamericana 2023 del próximo sábado 28 de octubre. O sea, incluso después de lo que será el Consejo que se avecina en el que la FIFA recibirá las peticiones.
Y ya después habrá que acelerar para llegar a la instancia de la elección programada en la última reunión de las autoridades de la FIFA para el tercer o cuarto trimestre del 2024. Para ese entonces, por lo bajo, en las entidades afectadas a la candidatura de Conmebol se rumorea que debe haber, cuanto menos, una situación sustancialmente más clara a raíz de la remodelación del Estadio Centenario, de lo contrario empezarán a elevar otras alternativas de estadios, aunque no extrañaría que por esta causa peligre la designación, pues el trinomio conformado por Portugal, España y Marruecos, por ejemplo, podría albergar el Mundial mañana mismo.
Proyecto de reforma del Estadio Centenario
En diciembre del año pasado, los medios de Uruguay hablaban de un boceto de plan para la reforma del Estadio Centenario que estaba preparado para salir a la luz en enero del 2023. En teoría, se trataba de un proyecto que en lo que a aumento de la capacidad se supone, se basaba puntualmente en el descenso del campo de juego aproximadamente tres metros y medio, para remover los taludes, modificar la pendiente de las tribunas y, de esa forma, darle mayor profundidad para, de este modo, alcanzar el espacio que permita elevar la capacidad (necesita 20 mil lugares más).
No obstante, todavía no se dieron a conocer cuáles son los planos. Y no solo eso. El 30 de julio pasado, el periódico El País publicó una entrevista con Ignacio Alonso, presidente de la AUF, en la que declaró que aún deben cuantificar la inversión. En otras palabras, no tiene precisiones o no las quiso dar, de cuánto costarían las obras en el mítico recinto. “Hoy todo lo que uno vaya proyectando o pensando entra en el campo de las hipótesis porque todavía no hay un proyecto definitivo, y ese proyecto definitivo debe tener un análisis económico sobre cómo se va a repagar”, señaló.