La historia de Damián Zamorano (22/11/1992, Mar del Plata) es la de cientos de jóvenes que cruzan el Atlántico bajo la promesa de vivir de lo que aman. Tras probarse en clubes como Boca Juniors, River Plate y un paso por Kimberley, el delantero argentino comparte en BOLAVIP su experiencia como extranjero en el ascenso español de cara a terminar con muchos mitos sobre lo que supone dejar la casa para buscar un sueño. Así es jugar, vivir y buscar una nueva vida en el cuarto escalón del fútbol de la península ibérica. Vélez CF, su actual hogar.
¿Cómo son las canchas o las pretemporadas? ¿Qué es jugar contra las estrellas del mañana que se encuentran en filiales del Real Madrid o Barcelona? ¿Da para vivir? ¿Qué similitudes hay con el ascenso en nuestra parte del mundo? Algunas de las preguntas que tenemos sobre una Segunda RFEF (Real Federación Española de Fútbol) que trasladado a nuestro lado del mundo sería la Primera C por Argentina o la Serie D de Brasil. Damián Zamorano derrumba en BOLAVIP varios mitos sobre el fútbol catalogado por muchos como semi profesional y que tiene solo en España más de 1980 profesionales.
“Damián Zamorano es un chico de 31 años de Mar del Plata. Futbolista desde que terminé el colegio. He podido vivir del fútbol y desde hace 10 años estoy jugando en España. Estoy contento de lo que he hecho y de mi presente en Vélez CF de Málaga”, nos empieza contando el jugador sobre lo que supone jugar en el cuarto escalón del fútbol español. Mientras se recupera de una lesión de rótula nos relata cómo es vivir del deporte profesional en un ecosistema que apenas llega al otro lado del Atlántico. Lo burocrático ayuda: “Mi abuelo es catalán y mi abuela aragonesa. Gracias a ellos pude tener papeles y una doble nacionalidad que me dio facilidades para poder venir a jugar al fútbol acá”.
Así es la cuarta división de España
“La categoría tiene muy buen nivel y desde la pandemia se dio un cambio donde si bien se nota un escalón de diferencia con la Primera RFEF por las normativas de presupuesto o campos de césped natural, la verdad es que la cosa está muy bien. Te encuentras de todo. Desde equipos humildes que hacen bien las cosas y que logran subir de la categoría hasta históricos que bajan. Hay también canchas artificiales y equipos humildes. Igualmente hay equipos donde hacen bien las cosas pero están luchando por salir de la categoría. Es un mix que la verdad tiene un nivel bastante superior al de los últimos años“, comienza el marplatense en BOLAVIP.
La presión de las hinchadas o la exigencia de estas también varía en pro del escudo que se defiende: “En cuánto a las aficiones te encuentras de todo. El año pasado estuvo el Recreativo de Huelva, que es uno de los equipos más famosos del fútbol español. Nos tocó la suerte de jugar contra equipos con historia como Córdoba. Al final las rachas y los equipos van alterando un poco contra quién te mides“.
¿Da para vivir?
Los últimos datos hablan de un total de 23 fichas profesionales permitidas por plantilla. Las intenciones de la RFEF pasan por estipular un sueldo mínimo de 3.000 euros mensuales para quienes encuentran en la cuarta división de España su presente. Hay exigencia, demandas y una mutación de la categoría que se ve afectado por quienes suben y bajan: “Lo económico depende de cada club. En general ya vemos la Primera RFEF como una liga profesional. Se habló de tener un sueldo mínimo y están en ello. Lo que es el jugador a día de hoy creo que en buena parte vivimos de él. Los clubes al final sufren un poco por los sueldos o los viajes en otras divisiones”.
Hay crecimiento en cuanto a lo financiero, pero el territorio es tan vasto que aparecen cuestiones o contextos de todo tipo: “La Segunda RFEF está más ordenada en ese sentido y con viajes que solo van por comunidades autónomas. Hay de todo aquí: desde chicos que viven del fútbol a jugadores que conviven con otro trabajo. Hay planteles que entrenan por la tarde y otros en diferentes horarios. Acá te encontráis con un mix entre lo profesional y lo amateur más tirando a lo profesional”.
¿Sería viable un Boca o River B en tercera división?
Es uno de los grandes ítems de la categoría. Vemos como jugadores de reserva de Barcelona o Real Madrid juegan en divisiones como esta antes de dar el salto a primera. Zamorano habla de grandes talentos a los que se ha medido, así como de una realidad en cuanto a diferencias físicas que también pesa. Así es jugar y competir contra las estrellas del mañana antes de que estas exploten.
“Al final los filiales son los que suben un poco el listón. Por supuesto va de la mano con lo que te decía alrededor de cómo se encuentran los equipos. Hay filiales que les cuesta más porque son jóvenes que no están del todo formados y forjados. Eso sí, la gran mayoría son filiales importantes”, analiza Zamorano en BOLAVIP sobre la situación laboral de la categoría. No olvidemos que estas en este escalón se encuentran organizadas por Comunidades Autónomas o Departamentos en nuestra tierra.
“Hoy tienes filiales importantes como Betis Atlético o Sevilla B donde ves que hay figuras que en el día de mañana van a estar en Primera División…Me tocó medirme por ejemplo con Loren del Betis y el año pasado hubo nombres como Juan Cruz o Isaac Romero, quien ahora marca goles para el primer equipo del Sevilla”, reflexiona un Damián Zamorano al que desde BOLAVIP consultamos como vería dicha situación por Argentina. ¿Sería viable?
“La verdad que no lo se. Yo creo que sería bueno, aquí no pasa nada. No sé qué pensaron los clubes o como verían desde su punto de vista tener un Boca B o un River B en el ascenso. Aquí compites y vas a una buena cancha. Acá como se dice y me quedó: -‘Los filiales son capaces de lo mejor o lo peor’-. Hay mucho talento y juventud, no sé qué pasaría”, su respuesta ante un escenario hipotético donde los grandes talentos de Boca Predio o River Camp disputan minutos oficiales en el interior del país o la B Metropolitana.
Similitudes y diferencias con LATAM
Consultamos a Zamorano por como es el espejo de esos torneos del acenso en Colombia, Argentina, México o Ecuador. El marplatense confirma que el balón es importante, que se cuida el estilo que hizo a España dominar el mundo incluso cuatro escalones por debajo de la élite y que cuando mira al otro lado del Atlántico hay algunas diferencias a marcar.
“Le damos muchas importancia al balón, son pretemporada de un mes o un mes y medio donde intentas jugar muchos amistosos para ganar ritmo. Hay mucho trabajo con pelota qué harías en el resto del año, solo cambia la carga física que haces al inicio de año…No varía mucho a lo que haces el resto del año”, su definición sobre el estilo que predomina tres escalones por debajo de la élite.
A la hora de comparar el ascenso europeo con el de nuestro lado del mundo se muestra tajante: “Quizás el roce es la gran diferencia. Acá tengo una experiencia de 10 años donde vemos menos roce, allá en Argentina hay un fútbol más cortado y con menos fluidez del balón por el estado del campo o la fricción. Es algo que llega hasta la primera división argentina….La tendencia acá pasa por tener el balón más allá de las posibilidades y estilos de cada club. En el norte es un fútbol más parecido al argentino y menos técnico”.
La maravillosa Copa del Rey
Desde hace unos años que el torneo mutó en favor de los más humildes. Se pasó a un sorteo donde el equipo de menor división tendría hasta las semifinales la posibilidad de recibir al poderoso en su campo y en una eliminatoria a 90 minutos. Zamorano relata en BOLAVIP lo que significa para un jugador de Segunda RFEF nacido al otro lado del mundo llegar a feudos del tamaño de San Mamés para jugar contra un gigante como Athletic Club de Bilbao.
“Es muy lindo, una experiencia brutal. Por un día todo el entorno que vemos por la tv la vives tú, es lo que todo jugador sueña. Vamos a canchas contra equipos con un gran nivel. A mí me tocó jugar contra Athletic de Bilbao con Badalona en San Mamés y más allá del resultado fue una experiencia memorable”, recuerda el argentino sobre su primer gran premio a una carrera de esfuerzo en la sombra y sin los focos de otros terrenos.
“San Mamés impresiona, es una locura. Recuerdo llamar a mis viejos y se me caían las lágrimas, es la verdad. Llevaba poco en España (2 años) y en el reconocimiento de cancha fue increíble. En Argentina si estás en el ascenso no te toca ir a La Bombonera o al Monumental ni siquiera en Copa”, recuerda con cariño uno de esos muchos futbolistas que por un día ven premiado su sacrificio en uno de los grandes feudos del fútbol español.
Salir de las eliminatorias a 180 minutos para un duelo a todo o nada, en favor del espectáculo. Zamorano no duda que genera atractivo y pone focos en quienes sin las cámaras de primera o segunda, trabajan igual de fuerte por un mismo sueño: “Cambiar a una normativa como la de Inglaterra y que se juegue en el campo de menor categoría es positivo para equiparar. Entiendo que no gustará mucho en primera”.
Las dos caras del viaje
Hablamos de una división de 90 equipos, 90 estadios y 90 feudos a conquistar. Preguntamos a Zamorano sus grandes conclusiones sobre ser profesional lejos de casa y debajo de los focos de la élite por el viejo continente. Tras una travesía de 10 años y los que quedan por delante, así ve el sacrificio hecho cuando dejó como muchos su hogar.
“Lo más lindo es poder vivir del fútbol en otro país. Al final poder hacerlo es un regalo, no tener que hacer otra cosa que no sea dedicarme al fútbol. Siempre quise jugar a la pelota e irme de casa. El que no es de Buenos Aires quiere ir ahí, tuve pruebas en muchos equipos pero nunca la posibilidad. Había quedado en River con 12 años pero me tenía que ir a vivir sin pensión. Siempre lo busqué con ayuda de mis padres y el poder hacerte un nombre en la categoría es lindo”, la conclusión general de Zamorano al ver el camino recorrido.
La contracara, tan evidente como dispuesta a sufrirse en pro del objetivo: “Lo peor es por una buena causa, quedar lejos de la familia. Los extrañas, quieres estar con ellos y si bien mis padres han podido venir seguido es algo que extrañas. Es un mimo al alma verlos, pero ya se complica con hijos y familia aquí. Es lo que elegí y de lo que estoy orgulloso ahora mismo…Muchos chicos sobre todo de Argentina o Mar del Plata me preguntan cómo es venir. Uno intenta ayudar, pero no hay tantos recursos al inicio”.
Así es vivir, jugar y crecer al otro lado del Atlántico cuando hablamos del ascenso. Damián Zamorano es la historia de cientos de extranjeros que llegan a Europa buscando un sueño tras ver cerradas las puertas de su casa. Hay vida más allá de las ligas locales y también de esos grandes focos que encuentra en fútbol europeo.