Barcelona y Juventus se medían hace algunos días en un encuentro amistoso en plena ciudad de Dallas que empieza a dar de que hablar en Cataluña. No por los goles de Ousmane Dembelé o por el funcionamiento del equipo de Xavi Hernández, sino más bien por los ‘vetos’ a ambos clubes en pleno territorio norteamericano. Un viejo fantasma sigue pasando factura.
El Cotton Bowl y sus 92.000 butacas fueron testigos de un choque saldado en empate a dos y donde las noticias no pasan estrictamente por el terreno de juego. No es la primera vez que los culés pisaban o jugaban en Dallas, más si la que tenían que hacerlo lejos de un AT&T Stadium de los Cowboys que le había acogido en 2017 en un amistoso contra Roma. ¿Por qué se pasó del mejor recinto de la ciudad a un campo que no cuenta con las instalaciones de primer nivel esperadas por Barcelona?
Desde Sport desvelan los motivos y estos no van a gustar pensando en futuras giras o choques de preparación de cara a las próximas campaña. Ya vimos como el Trofeo Joan Gamper quedó en manos de Pumas gracias a las presiones de la UEFA a clubes como AC Milan o Roma de no enfrentarse con un club calificado como ‘rebelde’ en el viejo continente. La lucha de poderes en Europa llega hasta Estados Unidos.
Los fantasmas de la Superliga
¿Es casualidad que Barcelona, Real Madrid y Juventus se hayan medido entre ellos durante la primera pretemporada internacional desde la pandemia? Ni mucho menos. Desde Sport desvelan como Jerry Jones, propietario de los Cowboys, negocia con FIFA que su estadio sea sede del Mundial 2026, hecho por el cual ha decidido no prestar sus instalaciones a ninguno de los clubes que buscan terminar con el modelo de la presente UEFA Champions League.
Lo mismo se vio con Stephen Ross, propietario de los Miami Dolphins (Barcelona jugó ante el Inter en un campo para no más de 18.000 espectadores) que también lo es de Relevent Sports Group, entidad que tiene los derechos televisivos de LaLiga y la UEFA en USA. Aleksander Ceferin y la FIFA siguen acechando el cerco a los clubes de la Superliga y les perseguirán hasta en sus pretemporadas con el fin de aislarles del resto del fútbol en el viejo continente. Que Barcelona, Real Madrid y Juventus se midiesen en su primera gira internacional en dos años no era la mejor opción para estos clubes, era la única.