Fútbol Club Barcelona asume el final de temporada como una carrera contra el tiempo donde solo la habilidad empresarial de Joan Laporta permitirá a la entidad respirar, o no, desde lo económico. Se viven tiempos convulsos en un Camp Nou donde el 30 de junio marca la fecha definitiva para cerrar con una crisis financiera que condiciona cada operación de la institución de cara a los próximos años. Estas son las claves para entender porque el último día del sexto mes de año se muestra vital para los culés.
Se llegará a dicha fecha con una deuda que sobrepasa los 1300 millones de euros, con una masa salarial disparada que evita cualquier fichaje y con pérdidas en el presupuesto de la presente temporada. Joan Laporta asumió un club en crisis gracias a la gestión Bartomeu y si bien se ha podido recuperar algo de la estabilidad perdida años atrás, la realidad es que el futuro del Barcelona sin la activación de las famosas palancas económicas se hace más que negro. Terminar el curso sin pérdidas, primer objetivo del presidente.
Y es que desde la directiva se había presupuestado que en la presente temporada se ganaría LaLiga y que se llegaría como mínimo a cuartos de la UEFA Champions League. Ambas predicciones fallaron y por ende, dejaron un hueco financiero aún más grande en un club que ha empezado a vender sus activos para no llegar al 30 de junio con aún más deudas.
Dicha fecha marcará el final de la temporada y de los ejercicios económicos que envuelven a esta, hecho por el cual Laporta ya vendió el naming del Camp Nou a Spotify y por el cual busca vender los derechos televisivos del club antes del día D. Que dicho dinero servirá para salir al mercado y permitirá al club competir es una realidad igual de grande como que no es para celebrar que un equipo de fútbol tenga que vender sus partes para seguir siendo una maquina deportiva y económica.
Empezar desde 0, máxima prioridad
La venta de los derechos de TV y de BLM no va a terminar con la crisis o a dejar al Barcelona con la posibilidad de gastarse 300 millones en el presente mercado, sino lo que realmente permitirá es reducir el límite salarial y para empezar, poder inscribir a jugadores que como Frank Kessie o Andreas Christensen, no podrían jugar hoy por hoy con el club por las normativas de LaLiga.
Hay que disminuir la deuda de 1300 millones de euros, hecho también importante para entender por qué Laporta desea acelerar todo en estos 9 días. No conseguir terminar la temporada con las cuentas de la temporada en verde hará que el club tenga que destinar más dinero en los próximos meses a reducir los préstamos que sigue pagando gracias a la gestión Bartomeu. Es una carrera contra el tiempo donde si bien el presidente anunció que incluso hoy podría haber novedades, esta incluye decenas de papeleos, aprobaciones y por encima de todo, estudios en la propia dirigencia.
Repetimos que no debería celebrarse la venta de activos en un club que es de por si una máquina de hacer dinero, pero la realidad es que es a día de hoy esta es la única vía para poder competir desde lo deportivo contra Real Madrid en España y no pasar penas en Europa. Barcelona se encuentra en una carrera contra el tiempo donde Joan Laporta cuenta con 9 días para cerrar la venta de activos y no dejar al conjunto culé aunque cueste creerlo, en una peor situación económica a la que se encuentra hoy por hoy.