“La decisión de Alejandro Garnacho es venir a jugar el Mundial con la Selección Argentina”, dejaba caer ayer el periodista Damián Villagra sobre uno de los grandes frentes abiertos que tiene Manchester United antes de un final de temporada que marcará el futuro de la entidad dirigida por Erik Ten Hag por estas horas. El sub-20, un amenaza que Old Trafford empieza a ver como inevitable.
Lesionado por una dolencia en el tobillo que le ha hecho perderse hasta 11 encuentros desde hace 35 días, el extremo argentino nacido en Madrid genera debate puertas adentro de un Manchester United que sigue en la carrera para clasificar a la próxima UEFA Champions League vía Premier League y que sumado a esto, tendrá derbi ante Pep Guardiola en la final de FA Cup. Todo esto coincidirá con una Copa del Mundo sub-20 que será disputará en Argentina y que ya tiene a la AFA moviendo ficha para contar con todas sus piezas.
Pactado para las fechas del sábado 20 de mayo del 2023 hasta el domingo 11 junio del 2023, la llegada de la Copa del Mundo en pleno final de temporada en Europa genera debate y contundentes decisiones por parte de esos principales clubes en el viejo continente que no gustan de la idea de prestar a sus jóvenes en promesas mientras tienen que jugarse su futuro en el sexto mes del año.
Por Manchester empiezan a rendirse
“Tenemos algo en la cabeza…Pero no quiero, definitivamente regresará antes del final de la temporada…Creo que estará en la recta final, pero no quiero presionar tanto al médico ni a Garnacho para fijar una fecha de regreso”, palabras de Erik Ten Hag sobre el presente del argentino y sobre como le espera hasta finales de curso.
The Sun avisa que por Manchester United creen que será difícil retener al joven de 18 años cuando llegue el llamado oficial de AFA. Si bien por Red Devils tienen la última palabra en este sentido, por Old Trafford avisan que ya conocen de las intenciones de Garnacho y que en caso de recuperarse de sus dolencias en el tobillo, por Carrington son consientes de sus deseos de viajar a Buenos Aires. ¿Batalla perdida?