“Bueno,me voy. No vaya a ser cosa que se me metan en el vestuario”, bromeó Sebastián Battaglia después de la trabajada victoria de Boca ante Argentinos, en referencia a la última reunión de Juan Román Riquelme con el plantel. Minutos más tarde, la imagen del vicepresidente en los camarines volvió a repetirse.

Los contextos son diferentes, esta vez no hubo derrota, ni bajada del micro al plantel. Todo se dio en un marco de alegría luego de haber clasificado a una final, con lo que significa estar a un paso de un nuevo título y de la clasificación a la Copa Libertadores.

Más allá de las diferencias, hay un patrón que volvió a repetirse: la felicitación. El máximo ídolo de la historia de Boca volvió a manifestarle su apoyo a los futbolistas por el enorme esfuerzo que hicieron para vencer al difícil Argentinos Juniors. Por la zona azul y oro, había felicidad en el Malvinas Argentinas.

“Hace tiempo que venimos comiendo mierda y estesemestrefue muy complicado”, fue lo que dijo Agustín Rossi, figura del partido de ayer, en sintonía con lo que había afirmado Román días atrás en La Bombonera. Boca sigue a paso firme y su próxima parada será el lunes ante Aldosivi.