Luego de un semestre irregular y un flojo mercado de pases de principio de año, Vélez terminó acomodándose casi de milagro en lo que fue la primera parte del año, donde en la Copa de la Liga finalizaron eliminados pero sextos en su grupo y lograron clasificar a octavos de la Copa Libertadores en la última jornada tras golear a Estudiantes y gracias a la caída de RB Bragantino ante Nacional de Montevideo.

De la mano de Julio Vaccari, el Fortín logró enderezar el barco tras el flojo arranque con Mauricio Pellegrino, quien terminó dando un paso al costado a fines de marzo. Sin embargo, y pese al buen cauce que tuvo el interinato, desde Vélez decidieron apartar a Vaccari para que arribe al banco de suplentes Alexander Medina, procedente de Inter de Porto Alegre.

El “Cacique” tuvo una gran experiencia en el fútbol argentino y por eso la directiva de los de Liniers se decidieron por él como DT para este nuevo ciclo. Y sabiendo que deberá reforzar el plantel de cara a la competencia nacional e internacional, el entrenador uruguayo ya le hizo su primer pedido de “mega” jerarquía a la dirigencia: Diego Godín.

Tras un largo periplo en Europa, donde se convirtió en ídolo del Atlético Madrid y tuvo sus pasos por el Inter de Milán, el defensor charrúa pasó los últimos seis meses en Atlético Mineiro y según confirmó el periodista Germán García Grova, Vélez ya negocia por su pase con el conjunto brasileño para convertirlo en su primer refuerzo de lujo. Y de hecho, el relator partidario del Fortín, Gianluca Poggi, lo dio como refuerzo cerrado.

El “Faraón” Godín en Uruguay (foto: Getty)

Hace solo días había comenzado a sonar a través de medios brasileños como posible refuerzo de River ante el interés de Marcelo Gallardo de contar con él, pero Vélez se movió con mayor rapidez y se encontraría cerca de cerrar al zaguero uruguayo de 36 años, quien tendría así su primera oportunidad en el fútbol argentino. Cabe destacar que en los octavos de final de la Copa Libertadores, Vélez se enfrentará con el Millonario, en lo que será un duelo que cada vez tiene más condimentos.