No existe comida más popular que un guiso. Se puede preparar con distintos ingredientes, cada familia tiene su receta, llena la panza y es accesible. Mario Lobo es reconocido en la actualidad por haber sido el jugador más importante de la historia de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, pero para llegar a eso, tuvo que transitar por un camino de sacrificio y perseverancia que comenzó con un guiso.

“Me puse a cocinar un guiso de arroz y me salió quemado, mi mamá nunca me dijo que había que ponerle mucha agua. La parte de arriba se la di a mi viejo, la del medio a mi hermano y lo quemado me lo comí yo”, recordó en diálogo con Bolavip.

Pasaron ya casi 50 años de aquella tarde, pero la memoria del ex futbolista sobre lo que fue su infancia, sigue intacta. Hijo de una ama de casa y un colectivero se crió en el barrio 17 de Agosto, “que es el barrio San Pedrito ahí en San Salvador de Jujuy“. Allí tuvo su primer contacto con el fútbol, pero no a través de una pelota, sino de un termo.

“Cuando yo empecé a ir al jardín, mi papá y mi mamá me mandaban el termo con la merienda para mi viejo en el colectivo y él me dejaba en el jardín de infantes de pasada. Tenía dos cuadras hasta la avenida para esperar el colectivo y traerlo a mi papá y le llevaba el termo, que en esa época era de vidrio, no como los de ahora, e iba haciendo técnica con el termo y bueno… Muchas veces mi papá se quedó sin la merienda porque lo había roto el termo”.

Del termo en la vereda, pasó al baby, hasta que su vida cambió cuando un cura lo convenció de cambiar de colegio. Yo jugaba para un equipo de baby de San Pedrito y era el segundo goleador del torneo y uno de los curas del colegio me preguntó si quería cambiarme. Y puse en aprietos a mi viejo. Tuvimos que cambiar a los cuatro hermanos al colegio El Salvador y por ahí se le complicaba un poco porque era colegio privado y tenía que pagar cuotas y, por ahí el cura nos perdonaba algunas cuotas, pero después terminaron mis hermanos saliendo del colegio. Yo terminé la primaria y salimos campeones del torneo”.

Sus primeros pasos en la cocina y una actitud que lo pinta de cuerpo entero

Los padres de Mario se habían peleado y él se quedó con su papá y uno de sus hermanos, por otro lado, su mamá se fue con otros dos hermanos. A la fuerza, tuvo que empezar a cocinar y su primera experiencia no fue la ideal: “Mi mamá estaba con mi otro hermano en la casa de mi abuela. Ella iba a la casa y yo le sacaba las monedas a mi viejo que le sobraba en el colectivo y le dije. ´mamá, enseñame a cocinar algo porque estamos a mate cocido y pan´. Ella me dejó anotado y yo esperaba que me cocinara ella y no. Empezó a trabajar y se escapó del trabajo para vernos y me dejó anotado como tenía que hacer. Y me puse a hacer un guiso de arroz y me salió quemado. Nunca me dijo que había que ponerle bastante agua, pimentón dulce para que le dé color y me salió quemado. La parte de arriba se la di a mi papá que, lagrimeando ahí en la punta de la mesa, se lo comió. Después en la parte del medio le dio mi hermano y la parte quemada me la comí yo, pero bueno, igual fue el mejor guiso del mundo”.

Mario Lobo es el máximo ídolo de Gimnasia de Jujuy. (Foto: Prensa Gimnasia y Esgrima de Jujuy).

Los primeros años no fueron sencillos, incluso el pequeño Mario llegó a vivir en una pensión junto a su familia: “Vivíamos en la misma pieza y compartíamos baño con otra gente en el comedor. O sea, eran los muebles nuestros y lo podían compartir la otra gente. Y la verdad que sí, muy duro, pero ya todo por ahí le preguntaba a Dios por qué tenía que pasar esto y después me fui dando cuenta que eran enseñanzas de vida, pruebas y por ahí a mí me fortalecieron para para enfrentar lo que venía. Y cuando yo le dije a mi mamá que no quería estudiar más en segundo año, me dio una cachetada. Y dije le tengo que demostrar a mi mamá que yo puedo”.

El ídolo hoy no tiene físicamente a su viejo: “Hoy no está mi viejo, pero yo sé que me siento orgulloso por todo lo que le pude dar y la verdad que estoy agradecido eternamente a Dios”.

Tras varios intentos por jugar en Gimnasia, se le terminó dando tras su paso por Policial. (Foto: Prensa Gimnasia y Esgrima de Jujuy).

Mario Lobo, policía

De pibe, Mario se probó varias veces en Gimnasia, pero nunca firmó y una vez que volvió del Servicio Militar Obligatorio, el sueño se lo pudo cumplir, pero antes tuvo que pasar por Policial y ser policía.

“Yo mismo le decía a mi amigo, ‘Yo acá algún día voy a jugar, voy a jugar, voy a entrar a la cancha’. Y bueno, creo que en octubre del 84 tuve la suerte de jugar y eso fue porque yo estaba a préstamo, había terminado el servicio militar y volví a Policial y nos prestaron a varios jugadores del centro deportivo, un cuadrangular en la Liga regional”.

Hoy en día es impensado que un futbolista trabaje como policía, pero Mario Lobo lo fue por necesidad: “El hecho de haber ido a Policial era porque quería ganar plata y quería ayudar a mi mamá y entré a trabajar, me dijeron que no, que lo único que podían hacer era darme trabajo ahí en la policía como mensajero. Y a los 16 años entré a trabajar en la Policía el 1 de septiembre de 1980 y hasta el primero julio de 1985, que me llevó a Gimnasia. Yo ganaba 37.000 en la Policía y Gimnasia me lleva por 60.000, casi el doble. Dije, ‘No trabajo más’. Y me dediqué y al fútbol”.

Mario Lobo. (Foto: Gentileza Mario Lobo).

El paso por Independiente y el gran recuerdo de Pastoriza

Mario Lobo despertó interés en uno de los clubes más grandes de Argentina y en 1987 llegó al Independiente del Pato Pastoriza: “Yo estaba vendido de Gimnasia, un equipo boliviano, creo que a Oriente Petrolero. Y esa semana me dice el presidente del club que no íbamos a ir a Bolivia, ‘vamos a Buenos Aires, pero no te voy a decir a dónde‘”.

Lobo con las camisetas que vistió en su carrera. (Foto: Gentileza Mario Lobo).

“Fui a Independiente martes, miércoles, jueves y entrené y el viernes me llama el Pato al vestuario y me dice, ´Jujeño dice te queda un año, ¿no?´ No sabes la felicidad. Son regalos de Dios que por ahí uno por la perseverancia, por la constancia, por querer ser alguien en la vida”.

En el Rojo tuvo también a Jorge Solari: “Un compañero de Independiente -Marcelo Barrera- me dijo algo muy, muy lindo, que él lleva adelante su carrera como técnico, como con muchas cosas del Pato Pastoriza, del vestuario y después muchos trabajos del Indio Solari. Que bueno que lo tuvimos”.

José Pastoriza y Enzo Trossero. (Foto: Prensa Independiente).

Su paso por Japón

En 1991, Mario Lobo se fue a préstamo a All Nipón Airways, club en el que permaneció un año. Si bien las diferencias entre Jujuy y Tokio son importantes, eso no impidió que viviera un sueño, que involucró lo futbolístico y también lo familiar, ya que pudo darse el lujo de llevar a sus padres y a dos de sus hermanos al país asiático.

“Nosotros nos encontrábamos jugando el torneo de AFA y los miércoles creo que jugábamos la Copa Sudamericana o la Copa Libertadores en Independiente. Y yo vi a unos japoneses en la noche que estábamos entrenando, un lunes o martes, que estaban con una filmadora. Yo esa noche tuve una práctica bárbara. Y al otro día me llama el Indio Solari y me dice, ‘Lobito, vení que quiero hablar con vos’. Y me dice, ‘Ahí vino la gente de Japón, te van a dar dos pasajes y quieren llevarte con tu familia‘”.

“Lo primero que hice fue llamar a mi mamá y a mi papá y les dije que me iba a Japón. Mi viejo me decía ´¿A qué vas?´ y le dije que a jugar. Le dije, ‘Y ustedes también se vienen, ¿no?’. Después les conté a dos de mis otros hermanos y fueron los cuatro con mi papá y mi mamá a Tokio y bueno, a disfrutar. Creo que más de casi dos meses de vacaciones y de enero marzo y la verdad es que es un orgullo grande para mí el hecho de haberles podido regalar esa posibilidad a ellos”.

Mario Lobo junto a sus hijos en la despedida. (Foto: Gentileza Mario Lobo).

El partido contra Maradona

Lobito volvió a Gimnasia de Jujuy como ídolo y en 1995 el que regresó al fútbol argentino para jugar en Boca fue Diego Armando Maradona, a quien debió enfrentar.

“Yo me había ido a Ecuador, pero a los 15 días volví porque tuve un problema con un representante que se quedó con mi plata. Volví a Jujuy y Pancho Ferraro me dice que no voy a jugar, entonces me perdí la primera fecha contra el Boca de Maradona. Pero cuando jugamos la revancha en Jujuy, ahí sí tengo una foto que nos sacamos cuando terminó el partido. Es la única foto que tengo con él. Le pedí si nos podíamos sacar las fotos, nada más porque no podíamos hablar nada, porque estaba toda la gente y el periodismo. Así que fue muy, muy rápido todo. Bueno, es que yo creo que fue el más grande en todo sentido”.

Pero Mario también vivió lindos momentos con la familia de Pelusa: “Y después otra relación con la familia, con el Chaqueño Palavecino. Es en el 2005, en la Bombonera, en un show del Chaqueño. Ahí estuve con Don Diego, con Doña Tota, después me encontré con Lalo en Tartagal a jugar los partidos casi Chaqueño”.

Lobito junto a Lionel Andrés Messi. (Foto: Gentileza Mario Lobo).

El tramo final de su carrera y el interés en la política

Mario ya tenía pensado hacer el curso de DT y lo hizo en 1997. Con 40 años se fue a Indonesia por una temporada para ayudar económicamente a su familia, mientras también se interesaba por la política. De hecho, tuvo algún problema por quien entonces era presidente del Lobo Jujueño, que quiso que el goleador lo apoye en una campaña a intendente de San Salvador de Jujuy, pero finalmente él optó por darle su apoyo al candidato del radicalismo, el partido que lo representa.

Mario Lobo tuvo cuatro ciclos en Gimnasia de Jujuy. (Foto: Prensa Gimnasia y Esgrima de Jujuy).

Los comienzos de Mario Lobo en la política fueron de la mano del Chuli Jorge, actual intendente de San Salvador: “Cuando asume, empecé a trabajar en la Legislatura, después empecé a militar y bueno, cuando en 2007 ganó las elecciones el Chuli, ahí me puso como director de Deportes de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy. Después pasé como coordinador de Intendencia, coordinador Deportivo, Intendencia y después coordinador del Concejo Deliberante”.

Mario Lobo, concejal

En 2021 salgo electo como concejal y en la actualidad hasta 2025. Tengo la dicha de poder ocupar ese cargo y bueno, después veremos. Hablamos mucho con el intendente de lo que es bueno para los niños y para que otros chicos futbolistas no piensen que se les termina la vida después del fútbol en general, entonces creo que hay posibilidad de emprender otras cosas”. Este cargo lo comparte con su rol de Asesor Deportivo de Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

Mario Lobo es concejal de San Salvador de Jujuy desde 2021. (Foto: FB Guillermo Jaime).

La historia de Mario Lobo está llena de emoción, de amor por su provincia, de un sentimiento indescriptible por Gimnasia. También de sacrificio, de humildad y de perseverancia. Probablemente, muchos chicos no hubiesen continuado con el sueño de jugar en el club de sus amores luego del Servicio Militar o de tener que ser policía, pero Mario Lobo recibió una cacheteada -literalmente- y eso lo hizo despertar y creer que el sueño de jugar en su querido Gimnasia de Jujuy era posible. Vaya si fue posible, que tuvo cuatro ciclos en el Lobo y actualmente es el ídolo máximo del club.