Aunque quiera evitarlo, es imposible correrse del todo de aquel doble impacto que generó en el tenis mundial. En el momento de mayor explosión del tenis argentino –La Legión– y sudamericano dentro del circuito profesional, su nombre aparecía entre los más destacados. Pero más allá de los trofeos levantados, de ubicarse entre los mejores del ranking, la carrera de Guillermo Cañas tuvo un episodio que lo volvió inmortal.
Luego de haber conseguido títulos, de haber representado al país, de superar momentos dolorosos como lesiones y hasta una suspensión por doping, es inevitable detenerse en aquel 2007 en el que pasó a la historia por haber logrado un imposible por aquellos tiempos: con apenas dos semanas de diferencia, logró derrotar dos veces de forma consecutiva a un Roger Federer intratable, que llegaba con 41 victorias consecutivas.
Algo que para la gran mayoría tiene ribetes de hazaña, no parecía un imposible para el talento de Willy. El nacido en La Matanza, un 25 de noviembre de 1977, contaba con las condiciones necesarias para imponerse, aún ante las pruebas más complejas. Por algo llegó a estar en el Top 10 mundial y codearse con los mejores tenistas de su generación.
El sueño profesional
Como todo atleta de alto rendimiento surgido por estos lugares del planeta, nada resulta sencillo, sobre todo para poder involucrarse al mayor nivel del tenis profesional. Muchas veces, las condiciones deportivas no son suficientes. En el caso de Willy, con apenas cuatro años, comenzó a jugar de la mano de su padre, Luis, en el Club Bomberos de Ramos Mejía.
En 1995 comenzaría a dar sus primeros pasos en el profesionalismo, una etapa donde muchas ilusiones se apagan por las presiones desmedidas y los problemas económicos que generan los viajes a torneos lejanos. Pero la ayuda de gente cercana con los gastos, le permitió al chico de Tapiales iniciar su camino.
Claro que la estabilidad en los resultados tardó en llegar. El primer gran impacto se daría en 1999, cuando alcanzó su primera final de ATP en Orlando, además de al inglés Tim Henman, entonces N° 5 del mundo, en el US Open.
Su mejor versión
Más allá que las lesiones fueron postergando su gran despegue, desde 2001 en adelante, nada detendría a un Cañas decidido a involucrarse en la pelea grande y transformarse en uno de los nombres destacados del circuito. Una lesión en la muñeca lo había hecho bajar hasta el puesto 231, pero se recuperó, culminó en el puesto 15 y fue distinguido con el premio al regreso del año ATP.
En medio de ese momento de explosión, alcanzaría el pico de su carrera, al quedarse con el título en el Master de Toronto 2002, enfrentando a varios pesos pesados y venciendo en la final a un ascendente Andy Roddick.
En total, ganó 7 títulos ATP y su mejor ranking fue cuando llegó al número 8 en 2005, además de finalizar 4 temporadas entre los primeros 15.Obtuvo su primer título en Casablanca pero, principalmente, demostró que se desempeñaba bien en cualquier superficie, llegando a finales en Hertogenbosch, sobre pasto, Stuttgart, polvo de ladrillo, y en la carpeta de Viena. También alcanzó Cuartos de Final en Roland Garros y Octavos en Wimbledon y el Abierto de Australia.
Ese maldito doping
En los primeros días de mayo de 2005, cuando comenzaba el torneo de Roma, Willy recibiría una noticia poco deseada. En un test realizado en el torneo de Acapulco había dado positivo de hidroclorotiazida, un diurético incluido en la lista de sustancias prohibidas, que no contribuyen a una mejora deportiva, pero sirven como enmascarador de otras sustancias.
El tenista, que ocupaba el décimo lugar del ranking mundial, fue suspendido por 2 años y debió devolver 276.070 dólares en premios más 525 puntos de singles y 95 de dobles. El día que se conoció la sanción, Cañas afirmó que el consumo del diurético fue un fallo de todo el sistema del torneo porque personal de la competencia le suministró los medicamentos con el aval de la ATP.
La apelación de sus abogados resultó favorable, ya que se determinó que Guillermo no intentó obtener ventajas deportivas, sino que la medicación fue suministrada por error. La sanción fue reducida de dos años a quince meses, por lo tanto volvió el 11 de septiembre de 2006.
Aquella gira inolvidable
Fueron semanas furiosas, una quincena en la que su nombre retumbó por todos los costados del planeta. Es cierto que, a esa altura, ya era un tenista reconocido, pero dos victorias consecutivas sobre un Roger Federer esplendoroso, que transitaba uno de los grandes momentos de su carrera, provocaron un impacto inigualable.
En esa temporada 2007, ganarle al suizo era casi una quimera. Solo Rafa Nadal podía darle batalla. Pero Willy logró maniatarlo e incomodarlo de forma seguida, ya que por capricho del destino, debieron cruzarse en dos torneos Master 1000 consecutivos. Primero en Indian Wells y luego en Miami. En el primer encuentro, aprovechó todos los errores del uno del ranking y en el segundo, supo batallar y sobrevivir a un encuentro que se definió por tiebreak en el tercer set.
En un video publicado en las redes, Cañas contó cómo hizo para ganarle dos veces seguidas al gran Roger. “Mi base de juego fue jugar con mi derecha para poder mover al jugador de punta a punta. Pero no fue una estrategia específica para él, sino que trataba de hacer lo mismo con todo el mundo. Tuve suerte porque a él mi forma de jugar le molestaba mucho más que a otros jugadores”, se sinceró.
Nunca más le volvió a ganar, pero colgó la raqueta presumiendo de un historial parejo (3-3) ante el mejor jugador de todos los tiempos. De hecho, en la mayor conquista del argentino en su carrera en Toronto, superó a cinco tenistas del Top 15, uno de ellos fue Roger, en primera ronda.
Entrenador valorado
Después de retirarse del tenis profesional en 2010, Cañas se dedicó a la carrera de entrenador y ha trabajado con varios jugadores de alto nivel, entre ellos Teymuraz Gabashvili, Nicolás Jarry, Jelena Jankovic y Svetlana Kuznetzova.
Entre sus características como entrenador, se enfoca en la mentalidad y la capacidad de recuperación de sus jugadores. Su experiencia y conocimiento del juego le permitieron volverse un entrenador respetado.
Una nueva vida
Hace más de una década que Cañás se instaló en Miami, donde vive con su pareja, la modelo brasileña Fabiana Semprebom y sus hijos, Juan y Liz. Fue allí que primero anunció su retiro del tenis profesional, pero inmediatamente le dio paso a una nueva etapa ligado a la actividad: se puso al frente de la Cañas Tennis Academy, un centro de entrenamiento que funciona en el complejo Crandon Park, habitual escenario del torneo Masters 1000.
La academia que Willy fundó junto a sus amigos Martín García y Gustavo Oribe, cuenta con siete sucursales -una de ellas en Argentina-, y está enfocada en el entrenamiento de alto rendimiento. Pero él decidió dejar de lado la parte competitiva, para quedarse cerca de su familia y se orientó más hacia las clases privadas.
Ahora, la paleta
Lo que comenzó como un hobby, de golpe se transformó en una nueva actividad. Si, la adrenalina de la competencia pudo más y Willy no solo se animó a jugar al padel, sino que lo hizo de manera oficial, participando de torneos profesionales.
“Es una vía de escape, que me permite seguir activo. Disfruto jugando al pádel, me divierte muchísimo”, comentó sobre uno de sus nuevos entretenimientos, dejando a la vista el paso del tiempo. Pero nadie podrá olvidarse de su prodigiosa carrera y sus triunfos históricos. Como esos ante Federer, que ya se volvieron una carta de presentación de su vida deportiva.