Ha pasado poco más de un mes en que Jorge Almirón dejó Colo Colo de forma definitiva. Pero antes de su salida, hubo otro miembro que abandonó el club.
Se trata de Jorge Martínez, expreparador de arqueros del “Cacique”, quien en diálogo con el diario La Tercera, dejó sorprendentes declaraciones sobre los últimos momentos del exDT albo en Macul y lo tensas que se tornaron las relaciones en la interna.
“No soy nadie para decirlo, pero creo que el profe inmediatamente tuvo un cambio de actitud ahí. No solamente con los que componíamos el cuerpo técnico, sino que con los demás colaboradores y con los jugadores. Se notó inmediatamente al otro día, cuando él llegó de otra forma. Tomó otra postura ante los jugadores y ante el cuerpo técnico. Me parece que eso fue una de las cosas que no le hizo bien a la institución”, recordó Martínez sobre aquella vez en que Almirón fue cesado públicamente de su cargo pese a aún no haber acuerdo entre las partes.
En esa línea, el expreparador de arqueros remarcó: “Me pareció un líder muy autoritario en ese momento y no democrático. Me hubiese gustado que fuera más democrático en sus decisiones”.
“Todos sabemos que lo despidieron públicamente, entonces era muy incómoda la situación. Era incómodo para todos estarlo escuchando. Ya no era lo mismo de antes, uno lo notaba en los jugadores, lo notaba en todos. Era una relación desgastada”, remarcó.
El drama de Jorge Martínez en Colo Colo
Luego, sobre su salida de la banca en los partidos de Colo Colo, aseguró que: “Fue una decisión del profe Jorge Almirón, quien prefiere llevar ahí a la persona que ve las cargas físicas, en este caso un compañero que también era institucional, y no llevarme a mí. Me parece que son situaciones muy personales que se empiezan a generar con él, porque quería mostrar su trabajo y termina poniéndome mal con el entrenador, por justificar su trabajo. Entonces ahí Jorge decide mandarme a la tribuna”.
“Conseguimos el título del 2024 y salimos un par de veces a comer, pero luego la relación se fue desgastando a medida que este compañero que mencionaba fue comentándole cosas. Al final yo ni siquiera quería entrar a las charlas. A veces pasaba que una hora y media antes del partido no sabía qué arquero iba a jugar. Era algo insólito y que nunca viví en mis 25 años de carrera”, recalcó.
Allí fue cuando destapó la olla sobre lo complejo de su último período en Macul: “Llegaba en las mañanas, y como soy un tipo decente, llegaba a la mesa y saludaba a todos de mano. Me contestaban por cumplir, pero era muy engorroso porque muchas veces sentí que me hacían el vacío. Era para la Ley Karin… Llegaba a mi trabajo por muchos meses y no tenía ganas de ir por lo que estaba viviendo”.
“Obviamente, siempre quise estar en Colo Colo desde chico y seguía desempeñando mi trabajo de buena manera, pero sin la motivación del comienzo, porque era frustrante llegar a concentrar y que, a la hora del desayuno, almuerzo o cena, no poder conversar con nadie en la mesa. Era como estar sentado solo; todos conversaban y a mí no me dirigían la palabra”, sentenció.
