Tigres dio la vuelta olímpica en el campo de juego del Estadio Nou Camp de León, pero al mismo tiempo en Monterrey hubo éxtasis, gritos y locura por parte de sus aficionados.
Es que apenas dos mil pudieron viajar a Guanajuato para ver la Final de Vuelta en vivo y en directo, por lo que la directiva resolvió incluir pantallas gigantes en la ciudad para que los fanáticos de la Sultana del Norte también pudieran seguirlo juntos.
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Entonces, apenas consumado el Campeonato con el pitazo final, se desató la euforia contenida con gritos, banderas, cerveza, fuegos artificiales y una fiesta total.
Se trató de una notable celebración para los universitarios luego de aquel sabor amargo que significó la derrota en la definición de la Concachampions hace un mes a manos de su archirrival Rayados.