Nicolás Castillo jugó muy bien cuando estuvo en Pumas y la afición lo tomó como el líder de un equipo que no demostraba nada.

 

Su amor por él fue tan grande que un fanático decidió tatuárselo en el brazo. Claro, todo terminó mal con la llegada del hombre de la Selección de Chile al América.

En diálogo con ESPN, Castillo se refirió a esta particularidad: "El día que llegó a mostrármelo le dije qué hiciste, le regalé mi camiseta y después cuando uno viene al equipo rival piensa en él".

Además, explicó:  "Son cosas que hacen los fanáticos, yo tengo tatuado a mi equipo de Chile y no me arrepiento de eso".

 

Por último, el bombardero de La Roja contó qué sifnicia para él llegar a Las Águilas: "Venir al campeón de México es un reto muy importante, ser bicampeón te mete en la historia y es un desafío muy bueno. Yo no estaba jugando en Europa y quería jugar en América".