En el país del 'jogo bonito', la Copa América-2019 arrancó con tribunas despobladas y ni siquiera la Canarinha logró colmar el estadio. Precios altos para un público en crisis, la acumulación de ediciones del torneo continental y un Mundial de Rusia-2018 que vació billeteras, atentan contra el evento.

El elevado precio de las entradas, con una media de 125 dólares por ticket, la mitad del salario mínimo en Brasil, salta como principal barrera entre los partidos y la gente, en una región donde la cotización del dólar está por las nubes.

"Los organizadores deberían haber sido más flexibles en mirar cómo iba la demanda y cambiar rápidamente el precio, porque más importante que tener una receta alta es tener un evento con mucho compromiso y eso es lo que no está sucediendo", dijo a la AFP Erich Beting, consultor de marketing deportivo y fundador del portal Máquina do Esporte.

Beting resaltó las altas recaudaciones que está produciendo el torneo, en especial en el duelo inaugural que terminó con goleada 3-0 del anfitrión ante Bolivia, pese a dejar miles de puestos vacíos. Pero considera que hubo una "falla de planificación" al colocar entradas a tan altos costos.

En los primeros cinco partidos de la Copa la asistencia promedio fue de 25.800 personas, en estadios con capacidad de entre 49.000 y 78.000 aficionados.

Ni el duelo más prometedor de la primera llave, entre Argentina y Colombia en Salvador, permitió celebrar entradas agotadas, sumando 35.572 espectadores. Y la derrota 2-0 de Lionel Messi y compañía ante los cafeteros deprime a la hinchada foránea que prometía mayor afluencia en este torneo.