El reloj sonaba en nuestras mentes: tic, tac, tic, tac y la angustia estaba apoderada de todos los hinchas colombianos, desde el que estaba en el estadio Alfonso López, de Bucaramanga, hasta el que se encontrabaen la comodidad de su casa viendo elpartido.
Dieron seis minutos de adición y parecía que el milagro se le hacía a la Selección Colombia, todo indicabaque el 2-2 contra Argentina iba llegar fuera como fuera. Y la jugada se dio así.
Tiro de esquina que cobran, hasta el arquero Esteban Ruiz fue a cabecear,lo rechazan los argentinos y se venía el contragolpe con el arco solo, pero Jorge Carrascal se barrió e hizo un quite magistral.
La pelota le quedó a Eduard Atuesta, quien la abrió para Willer Ditta. El defensor central no sé de dónde sacó un centro llovido con el toque de calidad exacto para pasar por encima a todos los defensores de Argentina.
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El arco a dispoción y todos cantamos gol. Pero apareció Ménder García, que con su afán de vestirse de héroe intentó cabecear el balón, hay que decirlo estaba incomodo, pero terminó sacando la pelota del arco que ya iba rematar Ricardo Márquez.
No se puede creer lo que nos comimos: el empate que botó Colombia. Esta frase quedó en el aire y más de un aficionado, mientras se fue a dormir después de la derrota 2-1,soñaba con el reloj que hacia tic, tac, tic, tac; pero despertó y el empate de la Tricolor nunca llegó.