Desde la semana pasada, casi que la pelea contra el racismo le ha ganado a la pandemia del COVID-19 en los grandes medios de comunicación. El asesinato de George Floyd, uno más en el historial de la Policía de Estados Unidos contra afroamericanos y latinos, se fue la gota que rebalsó el vaso no solo en el norte de América.

En los últimos días, el fútbol ha sido una gran vidriera para manifestarse contra el racismo y han sido tanto los clubes como también los jugadores los que le han plantado cara a una problemática que no debería siquiera existir.

En España, un tema que despertó mal llamada polémica en las redes sociales fue el de Borja Iglesias, delantero del Real Betis, quien se presentó en el entrenamiento del equipo español con las uñas de la mano pintadas de negro. 

Lamentablemente, los mensajes que recibió el futbolistas fueron más críticos que de apoyo y elogios. En Twitter, los comentarios realmente han sido de lo peor.

 

Sin embaro, Iglesias le respondió a uno de los críticos y le dio una clase contra el racismo y, de paso, contra la homofobia.

"Es una forma de concienciarme y luchar desde mi posición contra el racismo, pero creo que también me viene bien contra la homofobia", escribió.