Todo cambió en Madrid. Una enorme tormenta azotó al gigante europeo. En una semana, toda la temporada se fue por la borda.

En consecuencia, despidieron a Santiago Solari y llegó aquel que parecería nunca tener que haberse ido: Zinedine Zidane.

Y claro, este cambio dio un golpe al tablero en la actualidad de Keylor Navas: el arquero era resistido por el argentino, viendo como Courtois le ganaba el puesto.

Pero con la vuelta del francés volvió la alegría del 1, que fue titular en la victoria del Real ante el Celta de Vigo y mantuvo su valla en cero.

Eso si, en zona mixta, al hablar con la prensa, se mostró sin pelos en la lengua y sorprendió, primero, desafiando a quien haya dicho que él se entrenaba mal: "El que dijo eso se tiene que confesar".

Luego, mensaje claro para Solari: "La alegría ha llegado al vestuario. Lo pasado es pasado. Al final del túnel siempre está la luz y para eso trabajé. Ahora quiero disfrutarlo. Me gusta vivir el momento. Y hoy salió el sol. Mis ganas de trabajar nunca se fueron", expresó.