Durante la última semana se vivió uno de los papelones más grandes en la historia del fútbol. Doce clubes revolucionaron el continente lanzando la Superliga Europea, que atentaba contra la UEFA y todas sus competencias. El caos duró algunos días, hasta que la gran mayoría de las instituciones, empezando por las inglesas, empezaron a dar marcha atrás con la iniciativa.

Empezando por Manchester City, siguiendo por Chelsea, Liverpool y el resto, los clubes de la FA (Football Association) se "arrepintieron" del anuncio que habían hecho horas atrás y provocaron la suspensión de esa competencia alternativa. En consecuencia de ello, Atlético Madrid y los clubes italianos siguieron la corriente y terminaron haciendo lo mismo.

Según The Telegraph, reconocido medio inglés, la entidad madre del fútbol europeo está tan agradecida tanto con el pueblo británico como los dirigentes de ese país, que le otorgará el provilegio de ser sede en más partidos en la EURO 2020 que los que estaban previstos. Aseguraron que la presión social y política terminó siendo clave para la rápida desmantelación de esa liga paralela.

Wembley ya iba a ser el escenario de todos los juegos del grupo D, así como las semifinales y la final de la competencia de selecciones. Producto de lo recién mencionado, la UEFA le otorgaría todos los encuentros que estaban destinados a jugarse en Dublin, que finalmente se bajó por no poder cumplir con la fecha límite para garantizar la presencia de público.

Cabe destacar que en ese mítico estadio londinense ya garantizó la presencia de al menos 22.500 fanáticos para los duelos iniciales de la fase de grupos de la EURO, lo que representa un 20% de su capacidad. 

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"Estoy un poco triste y decepcionado", aseguró el presidente del Real Madrid luego del inolvidable revuelo que tomó el lanzamiento, y agregó: "Nos han tratado como si quisieramos matar al fútbol, cuando lo que queremos es salvarlo. En algunos nos habremos equivocado, eso seguro".