Sin lucirse, Barcelona logró derrotar a Espanyol en el derbi de la ciudad. Así pudo acercarse a la cima, donde se encuentra Real Madrid, y mandar al descenso al equipo Periquito.
Como consecuencia de este triunfo del equipo comandado por Quique Setién, la entidad Merengue debió salir al campo de juego del Alfredo Di Stéfano con la obligación de imponerse.
Y las cosas no comenzaron del todo bien: Deportivo Alavés se mandó al ataque en la primera jugada importante del compromiso y estrelló un disparo en el travesaño.
De todas maneras, pocos minutos después, los de Zinedine Zidane resondieron y terminaron logrando su cometido: el árbitro sancionó un penal a favor.
Se trató de otra jugada extremadamente dudosa. Sin embargo, una vez más, la tecnología volvió a jugar en favor de la Casablanca, que estampó el 1-0 parcial.
Quien se hizo cargo del disparo no fue otro que Karim Benzema, que sacó a relucir toda su categoría para abrir la cuenta ante Alavés.