Al igual que Yerry Mina, André Gómez y Aleix Vidal, futbolistas que no terminan de afianzarse en el primer equipo culé, Ousmane Dembélé fue titular en la final de la Supercopa de Catalunya entre Barcelona y Espanyol. Y la verdad que no hizo más que dar la razón a Ernesto Valverde, quien tiene relegado al que es el segundo fichaje más caro en la historia del club.
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Desde el inicio del partido, amenazó con ser explosivo, pero como siempre terminó perdiéndose en la intrascendencia. Reflejo del presente del francés fue la jugada que protagonizó a los tres minutos de juego, cuando tomó el balón detrás de mitad de cancha y llegó al área rival a pura gambeta.
Pero Dembélé, que durante cinco segundos simuló ser Lionel Messi, terminó la jugada con uno de los peores remates que se han visto en Barcelona en una década. Sí, así de feo. ¿Y entonces quá van a hacer con él?