El caso Hermoso-Rubiales no fue el primero pero ha marcado un camino: el de la posibilidad de denunciar, de exponer a quienes a partir de sus roles en los clubes, federaciones o planteles ejercen abuso de poder sobre las jugadoras. El #SeAcabó -justamente- no se acabó y por eso es que las jugadoras están empleando su voz para exigir mejores condiciones laborales. Ahora, fue el Santos de Brasil el que decidió echar a su entrenador.

Las jugadoras de las Sereias Da Vila, el equipo femenino del Santos, entregaron varias cartas a los directivos del club describiendo situaciones que vivieron con el entrenador Kleiton Lima. Se trata de más de 19 escritos en los que, a mano y de forma anónima, se denuncian principalmente situaciones de acoso moral y sexual, como tocamientos indebidos. Entre algunas cuestiones se refieren a exigencias excesivas, coacciones y amenazas, entre otras cosas.

En algunos de los textos que recibieron los dirigentes, se habla de la indumentaria que utilizaba el entrenador, que en algunos casos, citan, dejan ver “el órgano genital” o hasta que no usa ropa interior, según cuenta Globo, que tuvo acceso a los manuscritos. Los informes fueron entregados a Aline Xavier, supervisora ​​de las Sereias da Vila, quien los remitió a la junta directiva. No es el único acusado dentro del cuerpo técnico: también Julio Resende, analista de rendimiento.

Globo también comparte fragmentos de algunas de las cartas, en las que habla de cuestiones profesionales pero también agrega: “Estoy cansada de tus comentarios sobre nuestros cuerpos de manera irrespetuosa, cansado de tus tocamientos inapropiados”. “Tu ropa no es apropiada para el ambiente de trabajo, ya que deja ver tus genitales en tus pantalones/shorts, sobre todo porque está en un ámbito de mujeres y se convierte en un ambiente incómodo”.

“El entrenador diariamente falta al respeto en sus discursos bochornosos e irrespetuosos, como ‘fisgoneo’ y ‘tetada’. Muchas veces el entrenador no usa ropa adecuada en el ambiente laboral, mostrando sus genitales provocando malestar en el ambiente laboral”. También mencionaron comentarios respecto a los cuerpos de las jugadoras, acusándolas de fingir una lesión, entre otras cosas, que fueron la previa a agresiones verbales, humillaciones en público y en privado, actitudes de extrema falta de respeto.

Otra carta avisa: “También comencé a pensar en el suicidio y entré en una profunda depresión”.

Rápidamente el club tomó cartas en el asunto. Se habló con el DT, que llevaba un año al frente del equipo en su segunda etapa, quien negó las afirmaciones de las futbolistas, pero puso su renuncia a disposición, que fue aceptada. Además, el club inició una investigación. Sobre la denuncia de acoso que involucra al entrenador Kleiton Lima, Santos FC informa que está investigando el caso, habló con el profesional, quien negó todos los hechos, pero puso a disposición el cargo, el cual fue aceptado por la Directiva para una mejor investigación. El Santos FC siempre buscará el mejor ambiente para todos sus empleados”.

La voz del acusado

“En primer lugar, no renuncié, puse el cargo a disposición de la dirección del club tras conocer denuncias de parte del plantel respecto a mi trabajo. Santos decidió desconectar a toda la comisión técnica del fútbol femenino. También alegaron denuncias por acoso, lo cual me hizo sentir extraño y repugnado, tal acusación es muy grave y voy a emprender acciones legales, quien lo denuncie tiene que demostrarlo”, dijo en un mensaje al sitio Globo Esporte.

“Tengo una trayectoria profesional de casi 30 años de manera intachable y exitosa, nunca he tenido queja al respecto a lo largo de mi carrera. No acepto que utilicen este artificio para destituirme del cargo e intentar manchar mi historia y la del club”, agregó. Los miembros del staff que tampoco seguirán son el asistente Fabi Guedes, la preparadora física Vanessa Monte Bello, el analista de rendimiento Julio Resende, el entrenador de arqueras Gabriel Ribeiro, la psicóloga Luiza Garutti, el masajista Tarso Ajifu y los fisioterapeutas Dhouglas Antonini y Lucas Wasem.