Di María fue el jugador que animó el Superclásico de América. Si bien su actuación no fue descollante, tuvo un partido activo, con buenas decisiones y mucho lujo. El público se lo reconoció.
Es cierto que su actuación fue menguando y en el segundo tiempo no le pudo dar el mejor destino al último toque, pero nadie puede negar que Fideo las pidió todas y fue uno de los más gravitantes del partido. Encaró siempre que pudo y habilitó con precisión a Higuaín en la jugada que abrió el marcador.
Estuvo mucho más prolijo que otros partidos y llenó de nervios a los rubios defensores de Brasil. Los gambeteó para adentro y para afuera y levantó a la gente, que estalló en un “Fideo, Fideo” tras un doble dribbling.
El que se va acordar del, hoy, 10, es Filipe Luis. El lateral del Atlético Madrid fue el que más lo sufrió, y no solo por este hermoso caño: