Dicen que quien mal comienza mal acaba. Y aunque Colombia amagó con recuperarse del golpe inicial, terminó mordiendo el polvo en su debut en el Mundial de Rusia.

La primera mala noticia para los Cafeteros llegó demasiado pronto, antes de que se cumplieran los primeros tres minutos de juego, cuando Carlos Sánchez frenó con el brazo un remate que tenía destino de red y vio la tarjeta roja, además de dejar a Colombia con un penal en su contra que Shinji Kagawa cambió por gol.

Ante la desventaja en el marcador y la inferioridad numérica en el terreno de juego, José Pékerman metió mano al equipo y obtuvo resultados esperanzadores. Juan Guillermo Cuadrado, de muy pobre producción, abandonó el terreno de juego en apenas 30 minutos para dar lugar al ingreso de Wilmar Barrios, que logró recomponer el mediocampo y permitir que se soltara como enlace Juan Fernando Quintero.

En los pies del jugador de River se originó lo mejor del fútbol colombiano, incluso el éxtasis de la celebración del primer gol Cafetero en el Mundial de Rusia. A los 39' Juanfer se hizo cargo de un tiro libre y engañó a la barrera japonesa, soltando el balón a ras del suelo y colocándolo en el palo más lejano del portero Kawashima, que cuando logró atraparlo ya se encontraba dentro del arco.

Pero en el complemento, el acierto de Pékerman desde el banco de suplentes mutó en error. Sacó a Quintero a falta de media hora de partido para dar ingreso a un James Rodríguez que se mostró disminuído físicamente. Y Colombia perdió el balón, casi que para siempre. Japón adelantó líneas y encontró el premio a la salida de un tiro de esquina, gracias al cabezazo del delantero Yuya Osako, que anticipó a Arias y a Falcao e hizo inútil la estirada de David Ospina.

El seleccionado japonés transformó en pesadilla el debut de Colombia en el Mundial de Rusia y el grupo H que completan Polonia y Senegal se ha vuelto una verdadera incógnita.