A España el Mundial de Rusia le está costando y mucho. El primer mal augurio para el seleccionado que había arrasado en las Eliminatorias y en los amistosos fue la salida del entrenador Julen Lopetegui a dos días del debut; y el último factor de duda fue el agónico empate que logró rescatar ante Marruecos.
El seleccionado marroquí, que hasta hoy no había cosechado ni puntos ni goles, sorprendió al mundo cuando a los 14 minutos KhalidBoutaïb abrió el marcador tras aprovechar una grave perdida de balón de España por una desatención entre Piqué y Andrés Iniesta.
Lejos de zambullirse en el nerviosismo, La Roja encontró el empate rápido haciendo gala de su mejor virtud: el juego asociado que hizo llegar el balón a los pies de Isco, que marcó a los 19′.
Pudo parecer entonces que lo de España solo había sido una distracción y que el marcador no tardaría en ponerse de su lado. Sin embargo, la posesión del balón no se tradujo en ataques efectivos y Marruecos logró resistir.
El golpe de nocaut, el que desconcertó a todos, se produjo a los 81 minutos, a la salida de un tiro de esquina. YoussefEn-Nesyrile metió la cabeza al centro Fajr para vencer a De Gea y desatar, otra vez, la locura marroquí.
Sin embargo, ya en tiempo de descuento, Iago Aspas empujó el balón a la red y antes de que pudiera celebrar vio levantarse la bandera del juez de línea. Pero el VAR llamó al árbitro principal para informar que el gol había sido válido, justo cuando Irán igualaba de penal el partido ante Portugal.
Y aunque sufrió durante todo el encuentro, y aunque estuvo a segundos de vérselas con Uruguay en octavos de final, España encontró premio en el gol agónico y ahora se las verá con Rusia.