Salvo que sea culé o antimadridista, el sueño de todo futbolista es jugar en el Real Madrid. Y cumplirlo es una dicha de pocos. Para vestirse de merengue no hay segundas oportunidades, esa posibilidad se presenta solamente una vez en la vida, pero hay quienes llegan a rechazarla. Tal es el caso de Andrés Guardado.

Fue el propio Principito quien lo dio a conocer en entrevista con el portal de la UEFA en 2017. Reconoció que el club español hizo una propuesta formal al Atlas después de la Copa del Mundo de Alemania 2006 para ficharlo. Tenían interés en él para que fuera el sucesor de Roberto Carlos.

La oferta no convenció a la directiva encabezada por Ernesto Fregoso, como tampoco al director técnico de Guardado en aquel entonces, Rubén Omar Romano, quien le sugirió a su pupilo no aceptar el contrato presentado por Real Madrid. ¿A qué se debió esa negativa? El club merengue establecía que el mexicano debía jugar seis meses en su filial, Castilla.

Convencido por los dirigentes rojinegros y su entrenador, Guardado declinó a vestirse de blanco para iniciar su carrera en el futbol europeo. Como el único requisito que se pedía para dejarlo ir de Atlas era ser firmado para militar en primera división, el Principito esperó a que llegara Deportivo La Coruña en 2007 para dejar México.

Tras la negativa de Guardado, Real Madrid buscó a Marcelo, lateral brasileño al que tenían en su agenda de opciones por su funcionamiento en Fluminense. Tanto el club de Río de Janeiro como el chico aceptaron de inmediato la propuesta merengue. El resto de ese traspaso fue historia.

Prácticamente se cumplen 15 años del rechazo atlista que, sin querer, le cambió la vida a Marcelo.