La Selección Mexicana hizo del Estadio Nemesio Díez una verdadera fortaleza, sacó ‘chapa’ de gigante de CONCACAF y aplastó por 4-0 a Honduras, en la vuelta de los cuartos de final de la Nations League. El ‘Tri’ remontó el resultado adverso de la ida y se metió en el Final Four de la competencia continental.
Lejos del efecto negativo que en el primer cruce pensaron que podía tener, las agresiones contra Aguirre en Honduras fueron un combustible para México, que se sobrepuso y con creces de la mala imagen dada fuera de casa y fue una topadora en la casa del Toluca, avasallando a su oponente de turno y dejándolo fuera del torneo.
Al ‘Vasco’, incluso, se le pudo notar la cicatriz que le quedó por el corte en la cabeza sufrido por los sucesos post-partido del encuentro de ida. Sin embargo, todos los jugadores del ‘Tri’ transmitieron esa sed de revancha por los acontecimientos que tuvieron a su entrenador como víctima y dieron la cara por su líder de grupo.
Los que no se tomaron tan bien lo ocurrido en Honduras fueron los propios aficionados mexicanos, que le dieron con su propia medicina a la delegación visitante. Al finalizar el partido, con la clasificación de la escuadra nacional consumada, los plateístas del Nemesio Díez atentaron contra el cuerpo técnico hondureño, al igual que lo habían hecho los locales contra Aguirre en el primer juego.
El ayudante de Reinaldo Rueda debió retirarse a paso fugaz del ‘Infierno’ y esquivando objetos que volaban desde las gradas, sobre todo vasos de cerveza, bollos de papel, pirotecnia y más. Los simpatizantes de la Selección Mexicana no dejaron pasar el episodio sufrido por los propios en Centroamérica y se lo devolvieron a los protagonistas en este compromiso de vuelta.
Hasta el momento, CONCACAF no se ha expedido sobre ninguno de los dos capítulos extrafutbolísticos acontecidos en cada estadio, pero se espera que se tome alguna medida contra los que arrojaron cada elemento. Incluso, anoche, un aficionado local fue retirado del Nemesio Díez por los efectivos policiales tras acertar un vaso a la cabeza del preparador físico de Honduras, que acompañaba a los relevos. Y otros podrían seguir sus pasos si así lo decide la Confederación. Sucesos que se repiten y que nada tienen que ver con la esencia del deporte.