Todo el mundo se sorprendió sobre el cierre de la clasificación de este sábado, en el Gran Premio de Singapur. Max Verstappen se encontraba en su última vuelta y parecía encaminarse hacia la pole position por su velocidad en los primeros dos sectores de la pista, pero el equipo Red Bull lo llamó para que regresara a boxes.
El último campeón y actual lider de la competición había hecho un gran esfuerzo para conducir su monoplaza a máxima velocidad pese a que un sector de la pista todavía estaba mojado. La pole no pudo ser para Verstappen, que se quedaba sin combustible y debió frenar para no ser penalizado e ir al fondo de la parrilla. “Es bastante frustrante. No debería suceder. Deberíamos haberlo previsto”, dijo a Sky Sports F1.
El neerlandés, que este viernes cumplió 25 años, está a las puertas del título, pero deberá remontar en un circuito donde aquello no es fácil. “En vez de empezar primero, empiezas octavo. Cuando no tienes combustible suficiente, no planeas dar seis vueltas”, manifestó Verstappen, sin intención alguna de ocultar su fastidio con el error del equipo.
“El equipo siempre hace un esfuerzo. Yo puedo cometer errores y el equipo puede cometerlos, pero nunca es aceptable. Por supuesto que aprendes de esto, pero no debería suceder”, insistió el neerlandés en un tono muy crítico para con lo hecho por Red Bull en la Clasificación de Singapur.
Desanimado
Claramente ofuscado, Verstappen reconoció que no quería pensar en la carrera, aunque advirtió que no será sencillo: “Ahora mismo no tengo ganas de la carrera mañana. Sé lo que es estar atascado entre coches y mañana no va a ser un día que vaya a disfrutar. Es un poco Mónaco, es super difícil pasar. Tal vez puedas hacer algo en la estrategia, pero por el momento no estoy de humor para pensar en la carrera”, concluyó.