El inicio de la postemporada para Los Angeles Lakers fue malísimo. No hay que dudar en ser categórico cuando amerita la situación y es que una derrota en casa en el primer partido Playoffs de la NBA por 22 puntos no es fácil de digerir, más si en la previa estaba la expectativa de comenzar con el pie derecho ante los Minnesota Timberwolves con los aportes estelares de LeBron James y Luka Doncic.
La crisis temprana en Playoffs que viven Los Angeles Lakers
El marcador final entre el tercero y sexto clasificado del Oeste terminó 117-95 a favor de quienes venían a la fiesta para ser animadores. En la previa el show estaba listo: LeBron, Luka, Playoffs, mística… Nada podía fallar, pero salió todo al revés de como se esperaba y los Lobos se robaron un juego de California para adelantarse en la serie al mejor de siete juegos.
En el encuentro de este sábado, las estrellas lideraron a su equipo y Doncic culminó la jornada con 37 puntos y James con 19, siendo los máximos anotadores de los suyos. En el caso del esloveno, la particularidad es que solamente registró una asistencia y es aquí donde queda expuesto el resto de la plantilla, que parece no estar a la altura de lo que necesitan dos figuras de este calibre.
Sí, cuando el balón queme no caerá en nadie que no sea el Joven Maravilla o el Rey, pero es importante que la rotación exista para ofrecer variantes, generar sorpresa, aportar en defensa. Es muy difícil decir que Luka o LeBron deben hacer más, porque a las claras está que, una vez más, se confirma que solamente con estrellas no alcanza. Muy pocas veces salen esos proyectos en los que los éxitos se pueden reducir a las virtudes de unos pocos y los Lakers no están en condiciones de tirar toda la temporada la basura muy pronto.
Dentro de la duela se ve un equipo apático por momentos, como si todo dependiera de habilidades individuales y no tanto de un sistema colectivo. Lo que más falló en el primer duelo de Playoffs fue la sorpresa en la ofensiva. El rival defendió bien, pero las imprecisiones (13 pérdidas), la incapacidad de encontrar velocidad, entrar en ritmo de canastas y poca movilidad para salir de lo previsible, fueron los factores claves para no ilusionar a nadie con el futuro.
Claro que los Wolves tienen fisuras y la serie se puede terminar quedando en Los Angeles sin problemas, pero no es un buen augurio demostrar una fuerte incapacidad colectiva en el momento más importante del año. No es para cualquiera competir en Playoffs de la NBA y si el resto de Lakers por fuera de James y Doncic no entienden eso la pueden llegar a pasar muy mal.
La serie continuará este martes 22 de abril en Los Angeles y la única misión para los Lakers es ganar. Si llegan a perder e irse 2-0 abajo a Minnesota, entonces sí se puede comenzar a hablar de una posible eliminación que sería durísima. Luego de hacer el canje más grande en la historia de la liga, incorporar una estrella de élite, no es una buena idea quedar fuera de competencia en el comienzo de la postemporada.
