Uno de los jugadores clave de Pumas UNAM, se muestra esperanzado con tener la posibilidad de ser convocado a la Selección Mexicana. Dejando en claro sus ganas de demostrar que tiene nivel internacional.
Defender el arco nacional es el objetivo de Julio González
Julio González, el destacado portero de los Pumas, tiene un objetivo bien definido: ser parte de la Selección Mexicana. A pesar de reconocer el talento y habilidades de los actuales guardametas del Tri, González no esconde su deseo y “hambre” de representar a México en el ámbito internacional.
Su aspiración no se basa solo en palabras, sino en acciones y desempeño dentro del campo. “Quiero seguir teniendo buenas actuaciones para ganarme una oportunidad”, afirma con determinación.
La inspiración de ver triunfar a los suyos
El éxito de César Huerta en la Selección Mexicana ha sido una fuente de inspiración para González. Al ver a Huerta, conocido como ‘Chino’, destacar y anotar goles para el Tri, González siente una mezcla de alegría y motivación.
“El ‘Chino’ la ha roto este torneo, ha jugado muy bien”, comenta con admiración. Y es que para González, ver a sus compañeros triunfar es un recordatorio de que, con esfuerzo y dedicación, él también puede alcanzar sus metas.
Un compromiso con el futuro
González no solo sueña con ser convocado, sino que trabaja día a día para hacerlo realidad. Su compromiso es evidente, y su determinación es inquebrantable.
Al hablar de su futuro, González es claro: quiere consolidarse en Pumas, jugar muchos años en la Primera División y, por supuesto, ser un referente en la Selección Mexicana.
“Hice todo para poder estar en Pumas, en Primera División de titular y el siguiente objetivo es consolidarme, jugar muchos años aquí y apuntar a la Selección”, declara con pasión.
El hambre de un campeón
La palabra “hambre” resuena en las declaraciones de González. No se trata solo de un deseo pasajero, sino de una necesidad profunda de demostrar su valía y talento.
“Tengo mucha hambre de demostrar lo que en muchos años por estar con grandes porteros no lo pude hacer porque no me dieron la oportunidad”, explica. Esta “hambre” es la que lo impulsa a entrenar más duro, a superarse día a día y a no rendirse ante los obstáculos.