El ambiente en Valdebebas comienza a tensarse antes del inicio de la nueva temporada. A pesar de las recientes incorporaciones y la ilusión generada por el regreso de Xabi Alonso como entrenador del primer equipo, el Real Madrid vive su primer encontronazo interno: una diferencia de criterio entre el técnico y el presidente Florentino Pérez en torno a un refuerzo clave.

Según fuentes cercanas al club, Alonso ha insistido en la necesidad de incorporar un centrocampista de jerarquía para equilibrar y renovar una zona que no termina de ofrecer garantías.

Claro está que se trata de un pedido que no es nada nuevo. Y es que su antecesor, Carlo Ancelotti, también remarcó la misma necesidad en reiteradas ocasiones.

El antecedente del Mundial de Clubes: una alerta que no fue atendida

La tensión aumentó luego de la decepcionante actuación del Madrid en el último Mundial de Clubes, donde el equipo no logró el rendimiento esperado y quedó expuesta una clara falta de control y profundidad en el mediocampo. Pese a las señales que dejó el torneo, la dirigencia ‘blanca’ no priorizó esa zona en el mercado de fichajes.

Hasta el momento, el club ha cerrado algunas contrataciones en defensa y ataque, pero el mediocampo sigue sin reforzarse, una preocupación que ahora también comparte Alonso, tal como lo hizo Ancelotti antes.

Rodri, el único nombre que convence a Florentino

Florentino Pérez no estaría dispuesto a realizar un gasto importante por ningún centrocampista que no sea Rodri, el internacional español del Manchester City. El jugador, sin embargo, es considerado intransferible por el club inglés y su fichaje requeriría una inversión millonaria que parece poco viable en este momento.

Rodri en el Manchester City.

Xabi Alonso, por su parte, estaría abierto a otras opciones, conscientes de que el equipo necesita mayor equilibrio en la zona media. La negativa del presidente estaría generando incomodidad en el cuerpo técnico y podría convertirse en un punto de fricción si no se encuentra una solución antes del cierre del mercado.

Por ahora, la relación entre entrenador y presidente se mantiene estable, pero esta diferencia de prioridades podría ser el primer test real del nuevo ciclo del equipo español.