Su imagen tirado en el suelo, casi inmovilizado, asustó a todos los hinchas de Boca en el partido ante Cruzeiro por la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores.

Sin embargo, Esteban Andrada se levantó y siguió jugando como si nada teniendo, incluso, una intervención estelar descolgando un tiro libre. 

 

 

Las malas noticias llegaron un rato después de finalizado el encuentro: había sufrido una fractura en la mandíbula y no estaría disponible para una importante seguidilla de partidos que afrontaron los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto.

Con las semifinales a la vuelta de la esquina, y pese a contar con Agustín Rossi y la llegada de Carlos Lampe, los xeneizes todavía esperan por un milagro en cuanto a la recuperación de Andrada que lo ponga en cancha en el partido de vuelta ante Palmeiras.

En la Cena Anual Solidaria que el club organiza, el arquero fue consultado por su lesión y dejó bien en claro que su intención era llegar 'como sea' a los próximos partidos, pero el cuerpo técnico se lo negó.

"Tengo ganas de estar, estuve una semana en mi casa y le pedí al CT entrenar. No depende de mi, si no de que suelde el hueso. Le pregunté al cuerpo técnico si podía usar una máscara y me dijeron que no porque me sacaba mucha visión periférica ya que iba alrededor de la cara y no podía ver todo lo que necesita un arquero. Va a estar complicado estar ante Palmeiras, pero no te aseguro nada". ¿Se puede ilusionar el hincha de Boca?