Una vez que finalizó el flojo primer tiempo que Cruz Azul disputó ante Necaxa en el Estadio Azteca, y ante un panorama más que complicado yéndose 1 a 0 al vestidor, los ánimos no son los mejores en el conjunto celeste.

Mientras caminaban hacia el vestuario, Édgar Méndez y Pablo Aguilar compenzaron a recriminarse cosas de una menera vehemente y terminaron a los empujones ante la vista de todos.

El capitán del equipo, Jesús Corona, tuvo que intervenir para separar a ambos elementos, pero ninguno se fue con el ánimo de haber dado por sanjado el asunto.

Todo este problema enciende aún más las alarmas en un plantel que no encuentra la manera de levantar cabeza en este mal momento y que ni siquiera es aprobado por su propio público en este momento.

¿Podrán salir adelante tras un altercado como este?