Los rumores del interés de los Dallas Cowboys en contratar a Tom Brady no surgen de la nada. Es que la franquicia todavía no ha podido llegar a un acuerdo con su titular, Dak Prescott, quien se volvería un agente libre en un puñado de días.
El jugador de cuarto año parecía tener pretensiones demasiado altas para las expectativas de Jerry Jones, pero todo indica que finalmente firmará el contrato después de todo.
La intención de Prescott era que le pagaran a la altura de Carson Wentz o Jared Goff, otros dos mariscales de su clase, quienes recibieron acuerdos de US$32 y US$34 millones, respectivamente. Sin embargo, allí comenzó una disputa con la gerencia de Dallas, que no quería aflojar y pagarle.
Luego de tomar la decisión de jugar el último año de su viejo contrato sin firmar el siguiente, Dak no solo no se lesionó – el mayor miedo de alguien sin un vínculo asegurado – sino que tuvo el mejor de su carrera.
En la campaña 2019 lanzó para 4.902 yardas, 30 touchdowns y apenas 11 intercepciones.
De todos modos, los Cowboys quedaron fuera de la postemporada y, por eso, quiere volver a Arlington para quitarse la espina y, con un sueldo a la altura de sus expectativas, pelear por un anillo.
Asimismo, Jones parece dispuesto a pagarle y darle al flamante entrenador, Mike McCarthy, una pieza clave para formar su ofensiva.
En caso de no poder llegar a un acuerdo, la franquicia tiene hasta el 10 de marzo para designar el franchise tag y no perderlo en la agencia libre.