En el año 2017, cuando comenzaron a surgir las primeras manifestaciones durante la ceremonia de entonación del himno nacional de Estados Unidos, comandadas por Colin Kaepernick, el dueño de los Dallas Cowboys, Jerry Jones, sugirió que la National Football League (NFL) castigara a aquellos jugadores que se arrodillaran en el acto.

Han pasado tres años y tal parece que la drástica postura del empresario ha cambiado, pasando de prohibir este tipo de protestas a aceptar que durante la próxima temporada habrá jugadores de su equipo que apoyarán sus rodillas en la cancha durante el acto protocolar. Al menos así lo dejó claro.

"Eso fue entonces, hace dos años. Esto es ahora. Hemos tenido momentos muy, muy sensibles. No necesito compartir que también estamos involucrados en otro momento muy delicado con el desafío y la guerra, literalmente, estamos con el virus. Son tiempos muy delicados", aseguró Jones.

En ese sentido, agregó que "no tengo nada que demostrar en cuanto a dónde estoy parado con la bandera y dónde se posan los Cowboys. No tengo nada que demostrar con respecto a mis jugadores y mi apoyo a nuestros jugadores. Lo que sí quiero mostrar, y quiero que todos seamos parte, es una palabra llamada gracia. Gracia. No solo gracia en nuestras acciones, sino gracia en nuestro entendimiento de dónde vienen".

Pese a estas palabras, todavía no existe una postura común dentro del plantel de los Cowboys, de hecho el mariscal de campo Dak Prescott indicó que "las conversaciones se están encendiendo" sobre lo que harán, tomando en cuenta que en ligas como la NBA, MLB y MLS se han visto las manifestaciones contra la violencia racial.