Dwight Howard llegó a los Lakers de cara a la campaña 2012-13 para reforzar a un equipo que ya contaba con Kobe Bryant, Pau Gasol, Metta World Peace y Steve Nash, conformando un quinteto sumamente intimidante.

No obstante, las cosas no salieron como se planeaba y la temporada fue verdaderamente caótica para los de púrpura y dorado, con un año plagado de lesiones y peleas internas en el vestuario.

Entre dichas riñas, destacó la que existía entre Kobe y el mencionado Howard, cuando Bryant aseguró que el pívot era "suave como el Charmin (papel higiénico)" haciendo ilusión a su falta de carácter.

Sobre esto, Howard finalmente se atrevió a comentar en una entrevista reciente, asegurando que "odiaba a Kobe" pero que ahora finalmente lo entendía y le agradecía por haberlo insultado cuando eran compañeros.

"Creo que en ese momento ignoraba el nivel en que él estaba. Así que ahora te aprecio, Kobe. Gracias por llamarme suave".

Howard siempre fue arduamente criticado por su falta de determinación ganadora a pesar de sus condiciones físicas envidiables, mientras que Kobe es recordado en la liga por ser un compañero más bien exigente e incluso agresivo para sacar lo mejor de sus aliados.

Años después, Howard no pudo conseguir nunca el anillo de campeón que tanto buscó, y ha saltado de equipo en equipo en traspasos después de ser considerado uno de los mejores pívots de la liga.