Nacido en una familia de docentes y en la que siempre hubo fútbol, Luis Francisco Zubeldía se crió con la pelota al pie y viviendo este deporte a la velocidad del rayo. Parecería que aprendió a jugar para poder dirigir y siendo apenas un chico decidió que su carrera como jugador estaba completa.

Antes de ser mayor ya había vestido la celeste y blanca, y apenas pudo, debutó en Lanús. Siendo tan chico tuvo que enfrentar un golpe fuerte que lo llevó a cambiar el rumbo: producto de una lesión en su rodilla tuvo que retirarse antes de lo esperado.

La decisión estuvo acompañada de una responsabilidad mucho más grande y, con sólo 27 años, Zubeldía se convirtió en el entrenador más joven a cargo de un equipo de Primera División del fútbol en Argentina, obvio la oportunidad se la daría Lanús.

Feliz aniversario

Diez años pasaron de aquel episodio y en el medio, jugadores, horas de vuelo y sobre todo experiencia. Barcelona Sporting Club, Liga de Quito, Independiente Medellín, Deportivo Alavés fueron alguno de los clubes. Ecuador, México, España, Paraguay, ligas importantes en las que siempre logro números positivos.  

Después de cinco años sin dirigir en Argentina volvió al granate con mucha más experiencia. Llega muy temprano, se va con la puesta del sol y en la casa sigue craneando cómo hacer mejor a sus jugadores. Confía en los juveniles y los intercala entre los más experimentados como lo hizo con Centurión y el hoy aplaudido Rodrigo De Paul en su paso por Racing. 

“Lado b” de la jugada

Luis Zubeldía tiene clara la idea de juego que quiere para sus equipos, pero sabe bien que siempre será un poco deformada por la búsqueda del objetivo. Confía en que el Lanús de hoy se potencia con un tridente: formar, construir e ir detrás de una idea. Tiene el deseo profundo de un fútbol más igual, más respetuoso, donde las brechas financieras no entorpezcan el proceso de construcción de un mejor nivel para la argentina, en la que se trabaje con organización, sabiendo que los grandes también dependen de los más chicos. 

Quizás esos planes tengan que congelarse por el llamado a ser seleccionador por primera vez, entrenar a una selección, volver a Ecuador que siempre lo ha querido. Quizás se lo está pensando, quizás vaya y vuelva.