Incluso desde antes del despido de Dave Drombowski y la contratación de Chaim Bloom, se había revelado públicamente que los Boston Red Sox tendrían como prioridad principal mantenerse por debajo de la nómina salarial.

Eso, sumado a la mala actualidad de la franquicia y la falta de compromiso verbal y escrito, hicieron que los entendidos de la materia empezaran a especular acerca de una posible salida de Mookie Betts del equipo.

Y es que, teniendo en cuenta los contratos de David Price, Nathan Eovaldi, Chris Sale y JD Martínez, sería sumamente complicado extender el contrato de Betts sin superar el umbral de los 208 millones de dólares.

De acuerdo con las proyecciones de los ejecutivos de la liga, extender el contrato de Betts bajo las condiciones de mercado actuales les costarían a los Red Sox alrededor de 370 millones de dólares a razón de 10 años.

De esta forma, los Red Sox se verían forzados a pagar impuestos de lujo por el salario del pelotero, a menos que consigan la forma de deshacerse de otra estrella para abrirle paso en sus libros.

De momento, el panorama sobre el futuro de Betts se mantiene en el aire, pues tendrían que intentar traspasarlo a menos que se comprometa a extender su contrato y no probar la agencia libre.